DEBATE NUMERO 4
Mariana Schwartzman, Desde Buenos Aires – EOL y LCA
Estimado Jacques-Alain,
Le escribo como nueva miembro de la EOL (2020), emocionada, con un nudo en la garganta desde el domingo, día en que lo conocí por primera vez en vivo y en directo.
El nudo en la garganta se me hizo presente por primera vez en la Maestría en una materia dictada por Graciela Brodsky. Ella hizo una pregunta y yo atravesé el nudo y tomé la palabra.
Fue un camino de ida que me llevó a La Ciudad Analítica, donde fui secretaria de redacción durante los dos primeros números. Allí también publiqué un artículo sobre Tiestes y Atreo, en el número 3.
La revista me enseñó que el psicoanálisis consiste más en bordear un saber que en “saberlo”, ya que está agujereado… Y fue de la mano con eso que viví a partir de la Maestría y de LCA, desde la lectura y escritura, que pedí la entrada a EOL. Desde entonces las actividades que allí realizo, ya sea en carteles, en la Revista Lacaniana, en mi propio análisis y en mi práctica (en el consultorio y en PAUSA), me tienen navegando esa ola, la ola del saber agujereado que hace que siempre esté causada por el psicoanálisis y a su vez despierte la causa en algunos que me vienen a contar su sufrimiento.
No quiero dejar de mencionarle que estoy muy interesada en el movimiento de ser “dóciles a lo trans”. A partir de leerlo y escucharlo, pude comprender y escuchar distintas cuestiones de mi clínica de diferente modo. Gracias por eso!
Afectuosamente,
Mariana Schwartzman, EOL Buenos Aires
Fernando Tarrago, Sobre los jóvenes
Estimado JAM: El traje no esta hecho a la medida!
Le envió un recorte de un texto que salió publicado en la revista Exordio, que pertenece al instituto Ciec de Córdoba, Argentina. Tiene como título Ferdydur- Qué? Y hace un juego intertextual entre la obra de Gombrowicz y una entrevista suya publicada en la revista El Murciélago n°3 dirigida por Germán García.
“¡No veis que vuestra madurez exterior es una ficción y que todo lo que podeís expresar no corresponde a vuestra realidad más íntima? Mientras fingís ser maduros vivís, en realidad, en un mundo bien distinto. Si no lograís juntar de algún modo más estrecho esos dos mundos, la cultura será siempre para vosotros un instrumento de engaño. Pero Ferdydurke no solo se ocupa de lo que podríamos llamar la inmadurez natural del hombre, sino ante todo de la inmadurez lograda por medios artificiales: es decir que un hombre empuja al otro en la inmadurez y que también – que raro!- del mismo modo actúa la cultura.”
“Jacques-Alain Miller diferencia la posición freudiana para organizar una institución psicoanalítica y la propuesta de escuela lacaniana: “¡Aquellos que Lacan se proponía instalar como “analistas de la escuela”, no eran veteranos, sino novatos!…Usted comprende que la idea de un “Orden de los psicoanalistas”, si bien puede valerse de la recomendación de Freud que lo ha querido, y luego lo ha dejado hacer en la IPA, va a contramano de la tentativa de Lacan. Seria poner en el puesto de mando a los ancianos que, no contentos con ser notorios, quisieran además un certificado del Estado, y el derecho de otorgarlo. Sería la IPA para todos. Ahora bien, la vejez bajo el arnés no es garantía de nada en psicoanálisis…Lacan decía muy bien que la responsabilidad de la Escuela era hacer avanzar el análisis, no constituir una casa de retiro para los veteranos”
La distancia de las formas establecidas será la operación que Gombrowicz aconseja para que la cultura no sea una forma tan cargante. Estamos, diría, Gombrowicz, en la situación de un niño que se ve obligado a llevar un traje demasiado grande o ridículo para él y en el cual se siente incómodo y ridículo, el niño no puede quitárselo, puesto que no tiene ningún otro, pero, por lo menos, puede proclamar en voz bien alta que el traje no está hecho a medida, y de tal modo establecerá una distancia frente a la forma.
Fernando Tarragó, Adherente CIEC (Instituto Asociado al Campo Freudiano)
Mariana Isasi, Alrededor de La Ciudad Analítica
Estimado J.A.Miller,
Haberlo escuchado el domingo ha tenido un fuerte impacto, se puso en marcha de una manera muy potente la orientación que abracé hace muchos años y que tanto esperaba. Digo « muchos años » porque conocí sus textos en la Facultad de Psicología de La Plata (Argentina) y hoy pertenezco al conjunto de jóvenes -con 44 años!- que hace dos meses fueron admitidos como miembros de la Escuela. Una emoción haber sido testigo del especial interés que tuvo con los tres colegas recién llegados a la ELP en calidad de miembros.
Este mail es para subrayar las palabras que le dirigieron hoy los colegas de nuestro país, especialmente, las de Daniela Fernández quien le ha dedicado varias líneas al trabajo que realizamos en LCA. Quisiera agradecerle la idea, la iniciativa, porque esta revista me ha empujado a dar vuelta la manera que conocía de convivir con el Psicoanálisis, fundamentalmente en el hospital.
Hacer LCA es una experiencia vertiginosa para nosotros…antes, durante y después de cada número. Nos gustaría que cuente con nuestra disposición. Adhiero a la invitación que le hizo Daniela Fernández.
Gracias.
Mariana Isasi
Gabriel Ghenadenik, LCA
Cher Jacques-Alain Miller,
Le escribo (nuevamente), en esta ocasión como miembro del comité editorial de LCA, para agradecerle la mención a la revista -que con mucho esfuerzo y trabajo hemos editado ya tres números- y su apuesta renovada en busca de acercar la Escuela a las nuevas generaciones. Luego también, para contarle en primera persona lo que ha significado y significa ser parte de una publicación como LCA, que busca poner al psicoanálisis de la orientación lacaniana al alcance de los jóvenes practicantes y del lector no informado.
En estos años hemos realizado una experiencia inédita de trabajo colectivo para poner a dialogar al psicoanálisis con “la ciuda” y con aquellos interesados por la mirada que puede aportar el psicoanálisis a temas mundanos (y no tanto). Llegados a nuestro cuarto número, dedicado al objeto voz, nos encontramos con la inesperada llegada de la pandemia, que nos puso ante la dificultad de editar la revista en estas circunstancias. Eso nos ha llevado a buscar nuevas maneras de llegar al lector y de intervenir en la ciudad en este contexto, siguiendo la idea original con la que fue pensada la revista en un principio. En eso nos encontramos actualmente, rompiéndonos la cabeza como equipo de trabajo, para inventar nuevos modos de mantener viva nuestra revista.
De la experiencia hasta aquí le puedo decir que ha sido un verdadero desafío de transmisión, al que ahora se suma esta nueva dificultad de publicar la revista y promocionarla de manera digital. En ese sentido, es para nosotros un gran honor y una inyección de libido que Ud. mencione y promocione nuestro trabajo, cuyo fin no es otro que poner a dialogar el discurso analítico con otros discursos, sobre los temas cruciales que atraviesan nuestra época.
En este sentido, aprovecho la ocasión para adjuntarle un escrito propio, surgido a partir de una intervención realizada en las jornadas sobre psicoanálisis y género, organizada por la cátedra a cargo de Inés Sotelo en facultad de psicología de la UBA, en 2018. El texto es consecuencia de mi trabajo con adolescentes durante las Jornadas de Eduación Sexual Integral en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini (UBA). Algunas de las cuestiones por Ud. mencionadas en su trabajo “Dócil a lo trans” son también abordadas en mi texto. Espero que sea posible para Ud. leerlo y, en ese caso, recibir sus comentarios.
Por último, no quiero dejar pasar la ocasión para manifestarle también la gran alegría que significó escuchar su palabra el domingo. Esperamos los (no tan) jóvenes poder seguir contando con su esclarecedora orientación en los tiempos desafiantes que tenemos por delante para seguir estando , en tanto analistas, “a la altura de la subjetividad de la época”.
Le envío un cordial saludo,
Gabriel Ghenadenik
Diana Paulozky, Propuesta
Querido Jacques Alain, qué inmensa alegría estar en un debate que da vida a nuestra Escuela!
Si!!! qué los jóvenes tomen la palabra!
Como no soy “tan jóven”, puedo recordar que esta tensión, estuvo siempre. Hemos pasado por muchos momentos en que se abrieron puertas y otros en que se levantaron muros en resguardo del discurso analítico.
Ese borde que marca un adentro-fuera, sin duda, debemos cuidarlo.
¿Pero cómo?¿ Dónde quedan todas las transferencias que provocamos?
Me conmovió la carta de mi amiga Gaby Grinbaum!
Y a ella, le contaba hoy, una experiencia que hicimos en el Ateneo Psicoanalítico de Córdoba, antes que ud. nos fundara como EOL.
Inventamos un dispositivo de entrada: “los carteles de borde.”
Allí, 4 más uno, trabajábamos semanalmente cuestiones teóricas y casos clínicos. El borde era dar cuenta de un deseo sostenido a puro trabajo.
No recuerdo que alguien haya quedado fuera o en espera…
Los carteles de borde se caracterizaron por el entusiasmo de dejarnos sorprender por una pregunta, que por definición, es jóven.
Mi propuesta entonces es hacer carteles de borde.
Con mucho cariño
Diana Paulozky
Elizabeth Jaramillo Y., Desde Colombia un deseo por el psicoanálisis
Estimado Jacques Alain Miller,
Escribo este correo, esperando que usted lo lea, si lo hace me alegrará saberlo, si no lo hace, pasará cómo en mi infancia y aún ahora, que, al no poder expresar verbalmente ciertas cosas, las escribía a través de cuentos, con la esperanza de que tal vez alguien los leyera, cualquiera de las dos, servirá para expresar, de mi parte, un sentir sobre algo.
Mi nombre es Elizabeth Jaramillo, conocí el psicoanálisis hace un poco más de seis años y encontré en él una causa de vida.
En compañía de algunas personas también causadas por el psicoanálisis, creamos un Instituto de orientación psicoanalítica, el cual llamamos ITP-OL, Instituto terapéutico psicoanalítico del Oriente lacaniano, en el oriente del departamento de Antioquia, en Colombia.
Al acercarme al psicoanálisis la primera escuela que conocí fue la EOL, en algunas visitas a Argentina, eso marcó mi transferencia por el psicoanálisis. Tiempo después conocí la Nel, ubicada en Medellín, y decidí entonces analizarme con alguien de la Nel, Claudia Velázquez, La Eol, estaba lejos de mi lugar se residencia, hasta entonces me analizaba con un analista de los foros del campo lacaniano.
Soy profesional en ciencias sociales, actualmente estudiante del seminario del campo Freudiano de la Eol, sección La Plata. E asistido en dos ocasiones a escucharlo en la conversación clínica en Barcelona, a jornadas de la Nel y la Eol, a un congreso de la AMP y a Dos Enapol.
Iniciamos el Instituto, leyendo a Freud, lacan y por supuesto a usted, que causó el deseo de quienes estábamos allí.
Formamos grupos de lectura de diferentes textos de lacan, Freud y suyos, hacemos tertulias literarias, hemos realizado dos jornadas internacionales, una dónde nos acompañó Guillermo Belaga y otra con Ricardo Seldes.
Logramos entrar el psicoanálisis a algunas instituciones públicas y privadas del sector donde tenemos nuestra sede, haciendo conocer el psicoanálisis y a pesar de que es un camino difícil, hemos abierto puertas. Sostenemos el Instituto con aportes de cada uno.
Nos acercamos a la Nel, con un deseo decidido por hacer existir el psicoanálisis en este sector de Colombia, y éste fue acogido por algunos miembros de la Nel, no obstante, hasta ahora no hemos logrado crear un vínculo, un nudo de trabajo que se sostenga.
Una vez al mes nos acompaña Claudia Velázquez miembro de la Nel y de la AMP, en una mesa clínica, no obstante, insiste en nosotros el deseo de crear un nudo de trabajo constante con la escuela y con la AMP.
Fui asociada a la Nel, hasta el año pasado, sin embargo, el tema de la pandemia y una enfermedad no hicieron posible pagar las cuotas de asociado y al tener que decidir sobre sostener el instituto o la membresía de la Nel, me decidí por el Instituto.
Escucharlo el pasado dos de mayo, me animó a escribirle, percibí en sus palabras lo que percibí en el acta de fundación de la escuela de Lacan, desde que la leí, creí entender que el deseo decidió se acoge, y se pone al trabajo, que los jóvenes en el psicoanálisis también tenemos un lugar.
Y ese es precisamente mi interés al escribirle, por una parte, me gustaría hacer parte del trabajo de cartel que usted convoca, tanto a título personal, cómo del ITP-OL, sobre los manuscritos de Lacan, que, si comprendí, se trata de una convocatoria abierta.
Por otra parte, si es posible para usted, orientarme en relación con el posible nudo que como Instituto podríamos hacer con la AMP, para continuar hacer existiendo el psicoanálisis de orientación lacaniana en esta parte del mundo.
Un afectuoso saludo,
Elizabeth Jaramillo Y.
Diego Coppo, Lxs Jóvenes
Estimado Jacques-Alain Miller:
Mi nombre es Diego Coppo; soy integrante del staff de La Ciudad Analítica (LCA). Con Daniela Fernández y lxs colegas que realizamos la revista tenemos por causa a la cuestión de los jóvenes, no sólo aquellos a quienes, en tanto analistas, destinamos lo que LCA contiene sino a los jóvenes de la Ciudad en general.
La crisis humanitaria preexistente a la pandemia y en la cual ella se ha asentado, crea hoy para la juventud y la niñez de todo el mundo las condiciones de sufrimiento generalizado a gran escala del mañana próximo.
En el psicoanálisis de orientación lacaniana tenemos ahora nuestra oportunidad, del mismo modo que Freud la planteó cuando en el Congreso de Budapest de 1918 y ante Melanie Klein, Hanns Sachs, Sándor Radó y Karl Abraham, llamó a actuar en su contemporaneidad.
Su intervención del domingo y su texto « Dócil a lo trans » vuelven a agitar la cuestión del analista y su época. En su escrito, Ud. refiere a los dichos de su nieto en la escuela sobre los cambios de nombre de sus compañerxs. En mi caso, dirijo desde hace casi una década el trabajo de un grupo de analistas en la Escuela Secundaria C. Pellegrini de la Universidad de Buenos Aires, institución en algo emparentada con la Escuela Normal Superior de París. Con el discurso psicoanalítico actuamos en ella con 2400 jóvenes de entre 13 y 19 años como así también con sus familias; a su vez, desde allí difundimos el psicoanálisis hacia otros analistas que trabajan en ámbitos educativos en distintas ciudades del país y de Latinoamérica. Analistas como Jorge Chamorro, Daniel Millas, Gerardo Arenas, Graciela Brodsky, Marina Recalde, la propia Daniela Fernández nos han apoyado en distintos momentos en esa tarea. Desde hace ya varios años lxs estudiantes solicitan desde la « autopercepción de género » que tipifica la ley argentina desde 2012, el cambio de su nombre propio, pero desde el inicio del ciclo lectivo en marzo último y hasta ahora es notorio el aumento de esos pedidos. La recepción de esas demandas se dan en entrevistas clínicas con nuestra orientación.
En definitiva, con estas líneas pretendo hacerle llegar al menos solo un sesgo de lo que desde los dispositivos que nos damos (LCA, analistas en instituciones educativas y/o de salud, etc.) bregamos contra la destrucción del deseo humano.
Agradecido, le envío un cordial saludo.
Diego Coppo, (de La Ciudad Analítica)
PD: Envío adjunto un video de nuestra producción, con testimonios de adolescentes que en primera persona dicen de su « identidad de género » https://www.youtube.com/watch?v=OufMefj72OI&t=2378s
Gabriel Ghenadenik, LCA
Cher Jacques-Alain Miller,
Le escribo (nuevamente), en esta ocasión como miembro del comité editorial de LCA, para agradecerle la mención a la revista -que con mucho esfuerzo y trabajo hemos editado ya tres números- y su apuesta renovada en busca de acercar la Escuela a las nuevas generaciones. Luego también, para contarle en primera persona lo que ha significado y significa ser parte de una publicación como LCA, que busca poner al psicoanálisis de la orientación lacaniana al alcance de los jóvenes practicantes y del lector no informado.
En estos años hemos realizado una experiencia inédita de trabajo colectivo para poner a dialogar al psicoanálisis con “la ciudad » y con aquellos interesados por la mirada que puede aportar el psicoanálisis a temas mundanos (y no tanto). Llegados a nuestro cuarto número, dedicado al objeto voz, nos encontramos con la inesperada llegada de la pandemia, que nos puso ante la dificultad de editar la revista en estas circunstancias. Eso nos ha llevado a buscar nuevas maneras de llegar al lector y de intervenir en la ciudad en este contexto, siguiendo la idea original con la que fue pensada la revista en un principio. En eso nos encontramos actualmente, rompiéndonos la cabeza como equipo de trabajo, para inventar nuevos modos de mantener viva nuestra revista.
De la experiencia hasta aquí le puedo decir que ha sido un verdadero desafío de transmisión, al que ahora se suma esta nueva dificultad de publicar la revista y promocionarla de manera digital. En ese sentido, es para nosotros un gran honor y una inyección de libido que Ud. mencione y promocione nuestro trabajo, cuyo fin no es otro que poner a dialogar el discurso analítico con otros discursos, sobre los temas cruciales que atraviesan nuestra época.
En este sentido, aprovecho la ocasión para adjuntarle un escrito propio, surgido a partir de una intervención realizada en las jornadas sobre psicoanálisis y género, organizada por la cátedra a cargo de Inés Sotelo en facultad de psicología de la UBA, en 2018. El texto es consecuencia de mi trabajo con adolescentes durante las Jornadas de Eduación Sexual Integral en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini (UBA). Algunas de las cuestiones por Ud. mencionadas en su trabajo “Dócil a lo trans” son también abordadas en mi texto. Espero que sea posible para Ud. leerlo y, en ese caso, recibir sus comentarios.
Por último, no quiero dejar pasar la ocasión para manifestarle también la gran alegría que significó escuchar su palabra el domingo. Esperamos los (no tan) jóvenes poder seguir contando con su esclarecedora orientación en los tiempos desafiantes que tenemos por delante para seguir estando , en tanto analistas, “a la altura de la subjetividad de la época”.
Le envío un cordial saludo,
Gabriel Ghenadenik
Betty Nagorny, Carta #Jóvenes
Estimado Jacques-Alain Miller:
Me sumo a la alegría generalizada de tantos colegas por este fenómeno que estamos viviendo…¿Cómo describirlo? Diría que es como una apertura de compuertas; mientras escrutamos con cierta sorpresa y por qué no desconcierto las ¨novedades¨ de la época, se nos cuela un aluvión y nos encontramos con un viejo conocido, una cuestión no resuelta: ¿Cómo alojar las transferencias y los productos de ella? ¿Cómo hacer lugar a quien invitamos a formarse con nosotros, en nuestra Escuela?
Trabajo con mucho orgullo en la Dirección Ejecutiva del ICdeBA y tengo a mi cargo las redes sociales de dicho Instituto y de la Maestría. Pertenezco a la primera camada de la Sección Clínica, fuimos los que escuchamos el canto del Ruiseñor y las jóvenes promesas de hace 25 años. Creo que estamos alegres porque nos autopercibíamos un poco vetustos, y el domingo rejuvenecimos con su risa contagiosa. Ese es el contagio que añoramos.
Hoy me siento entusiasmada, concernida y mancomunada con la movida joven que ve ahora en Usted -como nosotros desde ese entonces- alguien fresco, distinto y capaz de alojar lo que excede a los dispositivos que hasta ahora tenemos en funcionamiento.
El amado también es responsable del amor que genera, esa fue una de sus enseñanzas.
Tenemos la hermosa tarea de conjugar en esta actualidad la presencia del pasado y la fábrica del futuro que está presente.
¡ Vamos con eso ! Somos muchos los que hoy van/vamos a Usted de manera directa, conversemos, chateemos, zoomeemos. Nos tenemos más “a mano ̈” que nunca y dóciles a lo vital.
Que sea un hasta pronto…
Con afecto y respeto,
Betty Nagorny ICdeBA/EOL
Iñaki Carlos del Valle, Orientados y con hambre
Estimado JAM
Llegan a mis pies el movimiento de las olas, podría relajarme y ver como las mismas me refrescan, podría esperar tranquilo a que esto pase y ver como los jóvenes son hablados pero hoy elijo equivocarme.
Mi recorrido académico siempre fue opaco, Universidad de Buenos Aires, ICBA, Maestría UNSAM inconclusa, transitar algunos seminarios de la EOL y muchas jornadas. Tengo 30 pero ya me permito decir que hace varios años que doy vueltas por la escuela, la disfruto, la respiro y la huelo.
Hoy en día vivo en Chivilcoy, es una ciudad pequeña a varios kilómetros de Buenos Aires, trabajo en el servicio de salud mental del Hospital Municipal. Participo en reuniones sobre “salud mental”, discuto, peleo, intervengo, (orientado por momentos) y luego me encuentro con analizantes, mis jefes y mis detractores en la verdulería de la esquina.
En la reciente presentación de su libro usted hablaba del privilegio a los jóvenes, “el combate de Lacan”, yo fui victima de ese privilegio, una iniciativa SUYA, la revista del ICBA, La Ciudad Analítica, en su numero 3 me invito a escribir, la invitación incluyó una noche de teatro y pizza, para que luego intente traducir en palabras las resonancias que había producido en relación al objeto de la pulsión, la directora, Marilú Marini, en su adaptación del cuento de Arlt “Escritor Fracasado”.
Invitarme a escribir fue un beso, hermoso al principio, de esos que te dejan temblando las rodillas, luego se llenó de incertidumbre, de encuentro con mi obstáculo. Pude sortearlo sin que falte el sabor amargo que produce el “no era eso” pero se público y en plena pandemia y a 170 km de distancia llega a mis manos el ejemplar del privilegio.
El privilegio, es eso, la invitación, el teatro, la charla con pizza junto a mis compañeros de la revista, la foto del taxista que repartía las revistas.
Actualmente mi hilo con la escuela se sostiene en un cartel compuesto por jóvenes, y con un mas uno joven, al cual admiro justamente por su juventud, hilo que de cortarse quizás me dejaría boyando en el sin fin de analistas que la escuela dejó pasar, incluyendo algunos amigos. La hebra se constituye de esa invitación a escribir para su iniciativa de revista.
Fui victima de los efectos de ese privilegio, ojalá los jóvenes que circulan por la escuela puedan vivir su privilegio de modo singular antes de petrificarse en adultos.
Saludos desde Chivilcoy.
Iñaki del Valle
Agustín Farré, ¿Un nuevo mapa? » | Sobre #LosJóvenes
Querido Jacques-Alain: me atrevo a escribirle, desde Argentina, más precisamente desde cierta periferia territorial argentina, desde el ‘interior’ de Argentina, a propósito de #LosJóvenes. Le escribo también como participante del Instituto Oscar Masotta (IOM2), instituto que en nuestro país se encuentra en el interior, donde no lo está la Escuela de la Orientación Lacaniana.
Hace algunos años atrás, cuando aún cursaba la Licenciatura en Psicología, me encontré con la enseñanza de Lacan, y con la suya, a través del IOM2, en el IOM2. Por entonces me enteré que en Buenos Aires tendría lugar pronto un evento importante, las Jornadas anuales de la EOL; rápidamente, en una especie de arrebato, arreglé todo y a los pocos días me encontraba en viaje. Fui solo, justamente a las Jornadas que ese año (2015) se titularon “Solos y solas”. Lo sé, es un chiste, aunque del que solo me percaté recientemente, cuando mi analista me lo indicó.
Es que cada tanto vuelvo a ese viaje, para intentar captar algo más de lo que allí me ocurrió. Por ahora lo que puedo decir es poco, se trata de ‘un no sé qué’, aunque considerando que en Argentina esta es una expresión que se utiliza para referirse al amor, y más precisamente al enamoramiento, quizás sea mucho. Puedo agregar que fue una experiencia que me tocó el cuerpo, o más bien me lo invadió, por lo cual regresé acompañado de ese ‘no sé qué’ que me liga, aún, a la causa analítica.
Desde entonces trabajé en el Instituto con entusiasmo, actualmente también me encuentro participando del Instituto Clínico de Buenos Aires; más a pesar de mis constantes esfuerzos no he podido hallar en el Instituto aquel ‘no sé qué.
La situación actual modificó de alguna manera el mapa -me gusta pensar en la diferencia entre mapa y territorio tal como la presenta Houellebecq en una de sus novelas-, permitiéndome que desde aquí, vía Zoom, a más de mil kilómetros de la EOL –y miles más respecto de tantos otro organismos del Campo freudiano-, pueda re-encontrar, de alguna manera, mi ‘no sé qué’.
Como verá, el interés de estas palabras no se encuentra en el ingreso de los jóvenes a la Escuela sino en la cercanía de los jóvenes del interior de Argentina a la Escuela. Me entusiasma la idea de que este nuevo mapa pueda seguir construyéndose para acotar las distancias de nuestro vasto territorio.
Lo saluda, afectuosamente,
Agustín Farré
Ariel Chiodi, La Ciudad Analítica como experiencia
Estimado Jacques-Alain Miller,
Mi nombre es Ariel Chiodi y soy integrante del staff de redacción de LCA.
Al día de hoy nos encontramos trabajando en el 4to número de la Revista y puedo decir que lo más enriquecedor de esta experiencia radica, para mí, en la transferencia de trabajo con los colegas y con quienes dirigen la publicación.
Cada vez nos encontramos pensando en cómo intervenir la ciudad, cómo dialogar con el entramado de discursos que la atraviesa y cómo hacer extensiva una transmisión posible a todos los ámbitos en los que se practica el psicoanálisis.
Particularmente, este recorrido me ha evocado lo que ha sido para mí el primer encuentro con la Orientación Lacaniana. Un primer amor. En los años en los que iniciaba mi práctica hospitalaria tuve la oportunidad de asistir a un curso anual dictado por un psicoanalista miembro de la EOL, cuyo tema era, casualmente, la transferencia. Eran encuentros mensuales, en una pequeña sala del Hospital Älvarez, en los que la difícil práctica cotidiana se volvía clínica, de un modo bello y riguroso a la vez.
A partir de allí es la orientación que he elegido para mi formación como psicoanalista, y vengo realizando distintos recorridos en torno a ella, hace ya 15 años. Es por ello que al pensar la importancia de LCA en la transmisión del psicoanálisis y en la búsqueda de nuevos lectores, ratifico que es en el encuentro con otros, en la ciudad. Al menos esa ha sido mi experiencia y me reconforta poder replicarla, hoy desde mi trabajo en la revista del ICdeBA.
Agradezco esta iniciativa propuesta por usted!
Atentamente,
Ariel Chiodi
Juliana Horowitz, De una joven psicoanalista para un Twittero Miller
Querido Jaques-Alain,
Pfff qué gran alegría encontrarme con esta versión del “JAM Twittero y Zoomero” (¡ya casi suena como un nickname de Hip-Hop! ¿No cree?)
Debo confesarle que me he abierto un Twitter solamente para escribirle.
Y no es que no sea ducha con las redes sociales, (soy más del Instagram y las fotos ¿sabe?) en twitter una mera aprendiz por el momento.
Ha sido una sorpresa enorme esta mañana leer el intercambio que ha tenido con la queridísima Marina Recalde.
Mi nombre es Juliana Horowitz, ¿joven? ( creería que aún lo soy ), psicoanalista, miembro del comité editorial de LCA, egresada del ICdeBA.
A penas me anoticié de este intercambio de mails, le envié un whatsapp a Marina transmitiéndole mi felicidad por sus decires y mi agradecimiento por a través de su ¿voz escrita? encontrarme resonando en sus palabras.
¿Por qué le escribo? Por que estoy causada. Deseante. Y con ganas de expresarlo.
LCA ha sido y es para mí un espacio que ha funcionado como un petit a.
Cursando mi último año del ICdeBA, fui convocada a formar parte de esta osada y audaz aventura. Nunca antes había formado parte de un comité de redacción, ni muchos menos había publicado un texto propio en una revista, nunca antes me había encontrado con mi versión de “Juli editora”, ni hubiera imaginado ser le propulsora de la creación de un mural bandálico en medio de la ciudad.
LCA encarna en lo personal, un espacio de formación, de comprometida investigación, creación, aprendizaje, intercambio y ni hablar del encuentro de grandes amigos y colegas.
Aún recuerdo la primer entrevista con Daniela Fernández, y la enigmática y tentadora propuesta de crear un una revista donde se nos llamaba a “irrumpir en la plaza pública” – citando sus dichos-. Su nombre: La Ciudad Analítica. Una invitación a levantarnos del sillón e irrumpir en la plaza pública. Poner en diálogo al psicoanálisis con otras disciplinas, en otros ámbitos, el teatro, la pintura, el cine, la arquitectura, la medicina (por nombrar sólo a algunos) sosteniendo esa tensión, dejándonos sorprender y agujerear con los hallazgos que de eso resulte.
En el cuerpo lo sentí: “De este espacio quiero ser parte”.
Y allí se inició el periplo de LCA1, LCA2, LCA3 y actualmente LCA4.
Gracias JAM. Sin más, agradecerle por esta iniciativa y transmitirle que aquí somos varios los jóvenes deseantes de seguir de su mano continuando con el legado lacaniano freudiano.
Lo saludo afectuosamente,
Juliana Sol Horowitz.
@JuliHorowitz
Andrea Fernanda, Carta de Andrea Amendola #dócil a los jóvenes#
Queridísimo Jacques-Alain Miller:
Con motivo de: #Dócil a los jóvenes#
Mi nombre es Andrea Amendola. Quiero agradecerle profundamente sus vivificantes palabras del domingo 2 de mayo. Fue un gran zoom-libidinal. Un decir suyo entre otros me tocó. Usted dijo “siento lo nuevo”. Algo nuevo se inauguró con su acto de ese día y llegó en un momento muy necesario: dócil a los jóvenes.
Las maravillosas palabras que le escribiera mi querida Gaby Grinbaum, me animan a seguir el hilo.
Entré a la EOL y a la AMP el 10 de febrero de 2020. Realmente fue ¡un acontecimiento libidinal para mí!
Voy a la Escuela desde el año 1994. La Escuela en ese tiempo operó como el sostén que me permitió transitar la carrera de Psicología. Iba a la Escuela en paralelo a la facultad. En ese tiempo, desde mi lugar de espectadora y apasionada estudiante, sentía que el psicoanálisis de la orientación lacaniana que allí existía se iba volviendo una causa amada, más allá de mi voluntad. Recuerdo me producía mucha inquietud que no pasaran asistencia, no lo podía creer. ¿Y si uno falta? Pregunté alguna vez… me respondieron: es a cuenta del propio deseo.
Ir a la Escuela no era lo mismo que habitarla y mucho menos era lo mismo estar decidida a trabajar para ella. Esto fue algo que me vino desde el análisis. El síntoma acorazado en el fantasma hacía allí obstáculo, impidiendo que un deseo inédito haga emerger lo nuevo.
Quiero contarle sobre el valor que ha tenido para mí mi primera entrevista de admisión en el año 2016 a la Escuela.
Fui allí a contar lo que hacía en la Escuela, cuál era mi activa participación en ella. Allí me fue devuelto un “eso no es la Escuela, eso es él”. Ese decir se volvió entonces una interpretación inolvidable que rasgó el telón del fantasma tocando lo real de un goce ignorado en mi modo de lazo a la Escuela: pegarme al grupo masificado en torno a la jerarquía.
¡Atesorable efecto de formación en la admisión! Efecto que no vino del análisis pero que fue llevado a análisis. Ese año no entré a la Escuela. No obstante, sentía que tenía que seguir llamando a la puerta para lograr hacer pasar mi decir. Y así lo hice durante cuatro años consecutivos.
Y entonces… 2020 ¡Entré a la Escuela! Temblé, lloré, fue un día de una alegría enorme y de celebración. Desde distintos lugares llamados y mensajes de colegas y amigos brotaban acompañando la alegría que me invadía.
Tuve un repentino sentimiento de querer cuidar a esa Escuela que siempre la sentí tan mía y a la vez tan ajena. Recuerdo la cantidad de años en los que participé en carteles, en ocasiones tenía la ilusión de que algún escrito mío pase a las jornadas anuales. Pero no, unos pocos elegidos tenían esa suerte, ese lugar de presentar trabajos en las jornadas estaba destinado a los miembros. Nunca paré de escribir, encontré en el cartel una gran satisfacción en las transferencias de trabajo que allí se generaban con efectos de formación que se articulaban al análisis. Entonces el cartel fue siempre para mí y lo sigue siendo, un alvéolo propicio que hace de la Escuela un lugar posible de habitar y trabajar con otros aireadamente.
Mi entrada no hubiese sido posible sin el análisis pero el vuelco de mi análisis no hubiese acontecido sin aquella interpretación inolvidable proveniente de la Escuela a la que hoy califico de “intransigente” tal como lo especifica en la Doctrina Secreta de la Escuela. Interpretación intransigente que supo reenviar al sujeto al trabajo analítico.
Mi entrada, no hubiese sido posible sin el aliento de queridísimos colegas miembros de la Escuela con los que fui eligiendo formarme en estos tantos años, se del buen aliento de ellos para aliviarme de la puerta estrecha de entrada.
La Escuela nos dio a los nuevos miembros la bienvenida. Un cartel para nuevos miembros fue toda una conmoción para mí. Los nuevos allí estábamos a la espera y la pandemia cayó. Lo nuevo no cesaba de tener que inventarse y así fue que nos juntamos en un zoom. Así conocí a mis compañeros de ese amado cartel, esa bisagra fundamental que nos ligaba de la pantalla a la Escuela y del deseo por la causa.
Éramos nuevos miembros y la insistencia de lo nuevo nos entusiasmaba.
En los primeros encuentros emergieron vivos testimonios de lo que cada uno había vivenciado en los pedidos de entrada a la Escuela, parecía un confesionario necesario. Pero ¡Había que decirlo! ¡Qué difícil fue entrar a la Escuela!
El gusto por lo colectivo fue asomando en esos encuentros como un rasgo que me animaba. Palpitar con otros, cuidar la Escuela aireándola. Eso me surgía como nuevo. El analista interpretó ¡Ah! Ser el aliento del Otro. Agregué: eólico. Y el deseo por la causa se volvió remolino.
Hay jóvenes llamando a la puerta de la Escuela. Varios me han escrito luego de sus admisiones el año pasado. Yo he pasado por eso, con esa sensación de no ser elegida, pero no siempre proviene de la estructura, hay “modalidades de rechazo”. El Messenger es una especie de limbo en el que quedamos preguntando a los que sí entraron por qué será tan difícil, confiamos nuestra pena. Ahora son los que quieren entrar quienes me acercan su penar por esa vía. Me vuelvo aliento y les digo ¡ánimo! Pero en el fondo, me preocupa una puerta tan estrecha, me pregunto a dónde irán a parar…
Luego de su conferencia los rechazados se sintieron jóvenes, porque ya muchos de ellos no lo son tanto, pero me escribieron diciendo ¡yo fui rechazado, esto es histórico, es genial Miller!
Noche del consejo en marzo 2021 por zoom. Ante los analistas que hace muchos años habitan la Escuela me gusta escucharlos con respeto, porque de ellos siempre aprendo.
Hace poco, una noche del consejo en la que creí que seguiría siendo la recién llegada silenciosa que está dispuesta a seguir aprendiendo de mis colegas mayores, viví una situación que me invadió de dolor y malestar. Un colega de los mayores, despedazó con sus comentarios el trabajo de una compañera que había escrito un trabajo para esa noche muy interesante. El asunto fue el modo, no que le guste o no, sino el mal modo al que se sumaron otros pocos, en total tres.
Pensé: el peligro no es exterior, ¡viene del propio interior de la Escuela!
Entonces fui a análisis y dije: intervenir en la conversación de la buena manera para cuidar el agujero que protege nuestra Escuela.
Y allí estaban esa noche, encarnando un discurso que se había quedado sin agujero. Fue entonces que recordé algo que una vez me dijo Mauricio Tarrab: si los jóvenes no levantan la mano y no hablan… pedí la palabra entonces. Esa noche el tema era “¿Qué Escuela tenemos que Escuela queremos?”. Dije entonces: quiero una Escuela en la que se respete la enunciación del otro y siento que tenemos una Escuela en la que cuesta mucho tolerar lo que el otro tiene para decir. Hay que trabajar en ello!!
Creo que inventar algún espacio, se me ocurre así como hay carteles de nuevos miembros tal vez carteles para los nuevos aspirantes, o algo de ese estilo… podría ser una vía propicia para que los jóvenes con ese deseo por la causa analítica, puedan ponerse al trabajo y volverse esos aires nuevos que propulsen la vida de la Escuela junto a los viejos analistas. Los que soportan el juntos, esos avalan la juventud que es introducida por lo nuevo, más allá de los nuevos.
Me siento agradecida por los analistas mayores con lo que me formo, ellos abren a lo nuevo y rejuvenecen la causa, pero me preocupan esos otros que no hacen lugar y es tan evidente desde su enunciación que entonces me pregunto: ¿cómo agujerear esas enunciaciones que van en contra de la vida de la Escuela? El remolino del cartel me parece un filtro vital.
Un abrazo cordial,
Muchas gracias por su hilo vital!!
Andrea Amendola EOL-AMP
Luciana Szrank, #LOS JOVENES
Querido Jacques-Alain Miller:
Sin dudas, con su apertura #LOS JOVENES hay sensación de carnaval. El día transcurrió en la pregunta ¿es posible escribirle a Miller? En otro momento eso hubiera sido un sueño, una conversación imaginaria… hoy más bien aparece como una necesidad, ya que hablamos ni más ni menos, de lo que estamos haciendo por y para el movimiento del psicoanálisis y su permanencia en este mundo hablante.
Bastante tiempo no me acerqué a la EOL porque me resultaba inmensamente ideal, por suerte además de ideal nunca dejó de resultarme altamente llamativa, atrayente… cada vez que escuché algo de allí, de seguro era mucho más potente que eso que, finalizando mi carrera de psicología, encontré en un espacio de bruta formación sistémica, donde alguien recomendaba a otro alguien que se promocionaba como un “curador de duelos en tres meses”. Por suerte, o más bien al fin por decisión, escuché eso, tan irrespetuoso de la singularidad, que me llevó a tocar la puerta que deseaba pero a la que no me animaba. Desde entonces y cada vez con más enganche, he podido participar en muchos espacios y eventos de formación enmarcados en la orientación de la AMP, sobre todo en la EOL y en el CIEC pero también en la Universidad, tanto en la Maestría en Teoría Psicoanalítica Lacaniana, como en la cátedra de Psicoanálisis, espacios valiosísimos en los que decididamente seguiré también tomando parte. Aun no soy miembro de la Escuela pero hoy, con lo concernida que me encuentro en la causa, me doy cuenta que eso no me impide formar parte de ella y servirme de su orientación tanto para mi práctica como analista, como para mi vida cotidiana y trabajar en eso de lo que estoy completamente convencida, de que hacer que siga vivo el psicoanálisis es necesario y conveniente para la humanidad.
Hay algo que el análisis no ha dejado de mostrar, los ideales sobradas veces matan, matan el deseo, matan la palabra, matan la participación, matan el ánimo, matan lo espontáneo, matan el cuerpo. Si algo ha hecho en mí la experiencia del psicoanálisis es inyectar vida y ese cambio fundamental que allí se puede encontrar, vale la alegría trabajar para sostenerlo y difundirlo. Cómo no querer contribuir y compartir que estás implicada en la causa que ha modificado tu vida como ninguna…
Le agradezco y celebro cada una de sus últimas apariciones. Ud. habló a la comunidad analítica de la importancia en este momento de tomar la palabra en los debates y fenómenos actuales. Quiero decirle que, entre otras cosas, eso me anima más aun a continuar trabajando en proyectos compartidos con otros jóvenes, queridos y deseantes colegas. Aprovecho de hecho para contarle que en Córdoba (Arg.), el mes próximo tendremos el gusto de arrancar junto con colegas del psicoanálisis y de otros discursos, un curso que lleva por nombre “Feminismos y psicoanálisis: de las leyes universales a los arreglos singulares” inscripto en el Programa de Extensión “Psicoanálisis y Discursos Contemporáneos” de la Maestría en Teoría Psicoanalítica Lacaniana (MaTPSIL), en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Con Eugenia Destéfanis y Agustina Brandi, hermosas colegas que son parte de este curso, también tenemos el gusto de participar en el comité de redacción de la Revista anual digital LAPSO, otro joven espacio de la MaTPSIL que tenemos la posibilidad de sostener con otros compañeros que también han cursado la maestría, apasionados por la investigación en y del psicoanálisis. (Quizás esté de más decirlo, pero por supuesto sería un lujo si ud deseara participar con su valiosa palabra en algún número de nuestra revista) Probablemente ya esté al tanto, pero estos espacios no serían posibles sin los Dres. Mariana Gómez y Jorge Assef, a quienes también estoy inmensamente agradecida por su generosidad para con la causa analítica y para con nosotros los jóvenes.
Vuelvo a la pregunta que me debatió el día, ¿por qué escribirle? Puedo responder ahora más bien, ¿por qué no? Si tengo esto para contarle y usted nos está preguntando en qué estamos. Batallar contra la inhibición, esa es la cuestión. Me autorizo a hablarle sin dudas basada en todas las veces que encontré que en nuestro campo es mejor hacer, conversar con otros y que conviene que cada uno también pueda buscar el lugar para su palabra así como el estilo que mejor le quepa.
Sabrá disculparme el atrevimiento de decirle querido pero es que sin dudas lo quiero, de seguro hubiese sido muy distinta nuestra formación si no contáramos con el trabajo inmenso de transmisión que viene hace tanto tiempo regalándonos a quienes nos interesa la causa y el movimiento del psicoanálisis. Me despido afectuosamente pero no sin decirle que también me encuentro agradecida por las muchas risas provocadas, transmitiendo algo tan serio como es el psicoanálisis de orientación lacaniana.
P. D.: Lamentablemente no hablo francés, pero si de algo sirviera mi aporte a esta hermosa e inmensa labor a la que ha invitado con los papeles de Lacan, sin dudas estoy a disposición.
Córdoba, 6 de mayo de 2021
Lic. Luciana Szrank
Maestranda en Teoría Psicoanalítica Lacaniana, UNC.
Adscripta en la Cátedra de Psicoanálisis – Facultad de Psicología – Universidad Nacional de Córdoba
Melina Di Francisco, #debatejóvenes
Este asunto está ahora y para siempre en tus manos…
Estimado Jaques-Alain Miller, desde esta mañana le doy vueltas a la pregunta ¿Qué aporte hacer al debate #losjóvenes? Confieso que el silencio me sería más disfrutable, pero la responsabilidad ética con la formación (que no voy a contabilizar en años ni en títulos) es mayor y gana la partida. Tengo mi joven mayoría de edad para ocuparme de lo que pienso sobre este asunto.
Se me ocurre contarle algo. En funciones (actuales) de gestión del Instituto clínico de Córdoba CIEC (más precisamente en la Hemeroteca) tomamos como orientación para nuestro trabajo una carta que envió Judith Miller con el motivo de un acontecimiento: la donación por parte del CIEC de todos sus libros a la biblioteca de la EOL Sección Córdoba. Quiero traer sus palabras al debate, fueron para mí esclarecedoras y aportaron un impulso al trabajo sostenido por tres años animándonos a inventar, sin desatender cada vez la aparición de efectos de rivalidad imaginaria.
Esas palabras ubican una dimensión real en el valor del gesto para tratar estos asuntos… el ya famoso “cuello de botella” entre las transferencias y la admisión también produce grupos, rivalidades y las más variadas mitologías sobre el camino a recorrer. A continuación pego la carta:
Queridos colegas,
Estoy feliz por esta celebración y triste de no estar con ustedes. Esta celebración reafirma la Causa. Desde 1981, los esfuerzos de Jacques-Alain Miller se avocaron a asegurar la affecttio societatis. Es así, que hemos logrado formar la Escuela.
La Escuela existe desde 1992 junto a otras Escuelas. Cada una tiene sentido si cumple su finalidad. Esta finalidad es la de mantener vivo el psicoanálisis verdadero. Eso implica que las Escuelas necesitan a los jóvenes. Es por eso mismo que Escuela e Instituto no pueden trabajar bien sino lo hacen mano con mano. Esto es evidente para las Bibliotecas, pero es verdad también para cada una de las otras vertientes de las actividades que realizan ambos.
El imaginario puede contribuir al desarrollo de ambos, hay que sortear toda forma de rivalidad. Cada uno tiene su lugar, se trata de saber acoger y transmitir. Gracias a esta celebración simbólica, para mí, el viento que sopla en la Escuela de la Causa Freudiana está un poco compartido hoy por Córdoba.
Les deseo buen viento.
Este viento podrá, entonces, enfrentar el real del malestar actual, sin retroceder sobre ninguno de los principios de nuestra orientación.
Con mis cariños,
París, Octubre del 2009.
Encuentro en esas palabras un tratamiento posible para las rivalidades difíciles de sortear, esas que crecen por fuera de los dispositivos de la escuela. No me atrevo a sugerir ideas pero me ofrezco a trabajar junto a otros para inventarlas.
Sigo despierta y agradecida con su gesto. Lo saludo afectuosamente.
Melina Di Francisco. Adherente del CIEC.
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