Estimado Jacques-Alain Miller,
Nicolás Mascialino, Los jóvenes
Me sumo a la ola de cartas que le deben estar llegando, para hablarle acerca de mi experiencia como joven miembro de la EOL (2021) y La Ciudad Analítica. Hice llegar mi pedido de admisión el año pasado, siendo parte de mi cálculo que el no ser admitido no me quitaría el entusiasmo para seguir trabajando en distintos espacios asociados a la Escuela, como lo vengo haciendo desde el 2007. Ahora ya tengo casi 40. Mi anterior pedido lo había formulado a los 32, con 15 años de análisis, habiendo terminado el ICdeBA, teniendo algunos años como terapeuta en PAUSA, organizando jornadas y participando activamente del Departamento Pequeño Hans y estando cursando la Maestría de la EOL-UNSAM. Fue una decepción que me dijeran que no y me quitó las ganas de meterme más a trabajar en la Escuela en ese momento. Hasta que llegó la invitación a formar parte de La Ciudad Analítica en 2017. En esa oportunidad Daniela Fernández me convocó a “tomar la plaza pública” y transmitir el discurso analítico por fuera del consultorio del analista. Recuerdo que me fui de esa reunión consternado. De un modo inocente, le cuento, me imaginé con otros, megáfono en mano, rodeados de carteles y pancartas, invitando a los que por allí pasaban a acercarse a escucharnos, en una plaza céntrica, que no por casualidad la elegí frente a una iglesia. El desafío que nos proponían era crear una revista que no hable la difícil lengua del lacanés, para poder transmitir el psicoanálisis a quienes no lo hablan. Después de tres números, tengo que decir que dudo de que lo hayamos logrado. Sigue siendo una revista para psicoanalistas, que invita a escribir y a leer a los jóvenes, pero sigue siendo de la parroquia. Por eso celebro el nuevo movimiento de retomar el lugar que el psicoanálisis puede tener en el debate actual del feminismo y las olas trans. Ya es hora de que los psicoanalistas nos hagamos escuchar por fuera del consultorio y reivindiquemos el papel del psicoanálisis en la docilidad a lo singular que está en sus fundamentos. Creo que se trata de un momento fecundo no sólo para darle lugar a los jóvenes en la Escuela, sino también al psicoanálisis dentro de los debates sociales y políticos.
Afectuosamente, Nicolás Mascialino.
El colegio de mis hijos, privado, conservador y católico, exige uniforme. Todos iguales, desde la cinta del pelo, hasta las medias. Una obsesión por aniquilar las diferencias.
Soledad Lecuona, Escritos viscerales
Parece que una escuela, nunca deja de ser una escuela.
Usted me lee hace mucho tiempo, yo lo sé, usted lo sabe. No solo me lee, me imita. Me parece bien.
Lo que no me parece bien es que se niegue a hablar conmigo. ¿Qué clase de ética lo organiza?
No quiero un nombre propio y no voy a fundar una escuela, pertenezco a ésta, sin necesidad de llevar sus credenciales.
La democratización me genera profundo rechazo, pero vivo en este siglo.
Lo que está en juego, lleva el justo valor de un destino.
Voy a estar esperando su respuesta, y usted ya sabe que no me gusta esperar. ¿Porqué querría disgustarme pudiendo complacerme?
Que sea un beso, más eficaz que un saludo.
Ana Sol Sikic, una “joven”
Estimado JAM
Le escribo, como muchos otros, por el movimiento libidinal que se ha generado luego de su intervención el domingo y también por encontrarme dentro de lo que se ha nominado como “Los Jóvenes” ya que encajo casi a la perfección con la descripción que da Gaby Grinbaum en su texto. Con un plus: soy del interior de la Argentina, de Mendoza, una provincia en que no hay sede de la EOL, mas sí del IOM2 y de ACEP (institución en acuerdo con la EOL). Así es que si la proeza para quienes son de Buenos Aires es enorme, se imaginará lo que es para quienes somos del interior.
Aquí hay muchos jóvenes muy “formados” (por ahora seguimos usando esa palabra incómoda) que sostenemos una marcada transferencia con la orientación lacaniana, sobre todo por nuestra presencia en instituciones públicas. Sin embargo, dentro de las universidades de psicología de Mendoza el nombre de Miller hasta hace algún tiempo estaba terminantemente prohibido, borrado, inexistente… con lo cual es parte de la tarea que tenemos en el IOM poder hacer oir la orientación lacaniana por quienes recién comienzan (los jóvenes más jóvenes). Para ello tenemos múltiples actividades que intentan hacer de la conversación una herramienta política, entre otras la revista del IOM “conversaciones con el Otro” que invito a leer www.conversacionesconelotro.com.
Anoche recibí un mensaje de otra de “los jóvenes” que decía “¿soportamos demasiado?” y no supe qué responder, porque algo de la transferencia hace que algunos nos quedemos, y que otro se vayan a otras instituciones. Los unos y los otros, entiendo, somos trabajadores decididos.
En fin, mi mail es para hacerle saber que en “los jóvenes” el psicoanálisis de la orientación lacaniana sigue vivo, que hay quienes seguimos dispuestos a ocupar el lugar que la Escuela disponga para nosotros, sosteniendo un espacio que sea el del reverso del discurso amo y no el reverso de “la guerra del cerdo” (Cuento de Bioy Casares). Este debate que usted y quienes le escriben sostienen es un gran alivio y una renovación de deseo. Aquí estamos,
Afectuosamente, Ana Sol Sikic.
Adriana Campos, El precio de hacerse el joven
“Tenía veinte años. No dejaré que nadie diga que es la edad más bella de la vida.” Paul Nizan, “Aden Arabia” (1).
Apenas llegada a París, hace 12 años, tuve un intercambio desestabilizante con un docente del departamento de psicoanálisis de Paris 8. Se trató de un encuentro árido, algo que se presentó para mí como un rugido superyoico que me desalojaba radicalmente del lugar que creía ser el mío. Así, me di con que las cosas no funcionaban aquí de la misma manera que en Córdoba, Argentina. En efecto, no recibiría en mi condición de “joven” o de “estudiante” la acogida benevolente a la que estaba acostumbrada de la parte de los analistas consagrados, mis estimados docentes de la EOL.
Me llevaría algún tiempo interpretar ese acontecimiento : mi juventud no me excusaba de mi torpeza ni de mi falta de cálculo. En el fondo, había en esa no benevolencia, en esa incompasión, un respeto absoluto de mi responsabilidad subjetiva y una exigencia de bien-decir sin miramientos respecto de mi lugar de principiante.
Es que hacerse alojar como “joven” no es sin consecuencias. Como lo sabe todo niño, todo adolescente, ser “chico” tiene sus beneficios. Uno es bien tratado, protegido por el Otro. Los “grandes” te dicen: “¡Muy bien! ¡Sigue por esta vía! ¡Un día lo lograrás y estaremos muy orgullosos de ti!”. Así, en tanto que “joven en el psicoanálisis”, se lanza uno en el recorrido que cree esperado: haciendo los ciclos de formación en el instituto o en las secciones clínicas, asistiendo a las noches de la Escuela, a todas las jornadas, haciendo cárteles, participando aquí y allá, haciendo pequeñas tareas, tomando notas y dando la razón al Otro, esperando el día en el que seremos por fin invitados al banquete de los analistas. Pasando el tiempo, se dará uno cuenta de que esta posición también comporta sus perjuicios: la espera se hace larga, muy larga, uno envejece… No es sin un acto, y quizás, un empujón, que uno puede arrancarse de la posición de “joven” para forzar a los otros a dejar de mirarnos con una benevolencia limitante.
En la ECF, de vez en cuando, algo sacude este credo de los jóvenes aspirantes: mientras uno espera pacientemente su turno, haciendo la cola, como se debe, a que el Otro le haga su lugarcito, de repente y sin previo aviso, un joven, quizás llegado al psicoanálisis después que uno, deviene miembro de la ECF y, por qué no, pasa al centro de la escena. Y ello inclusive, ¡sin haber pasado por todas las etapas del cursus honorum que uno creía ineludible! La ECF cuenta así con jóvenes miembros, a menudo eminentes, que en ningún caso son menos miembros que los “mayores”… Además de demostrar que la cola que uno hacía no existe, este hacer lugar a lo nuevo – que siempre destabiliza, al que uno nunca termina de habituarse – desmantela los efectos de cooptación que tienden a producirse en todo grupo, por más analítico que sea…
Lacan, inmune a los efectos de grupo y que pagó por ello con su excomunión, fundó su escuela solo, “tan solo como siempre [ha] estado en [su] relación con la causa psicoanalítica (2)” autorizándose solamente de su trabajo. Deconstruyó en su escuela las jerarquías de la IPA, deseó una escuela en la que “jóvenes” y “mayores” se reunieran entorno del trabajo. Es el espíritu del uno por uno, del cada vez inédito, del invente con su trabajo su propia entrada, que se trata de mantener vivo en la escuela de Lacan(3). Vivo, es decir, sacudiéndonos, molestándonos. Sin duda, en París, la presencia de Jacques-Alain Miller tiene mucho que ver con este estilo incómodo que no deja de contrariar las neurosis de “grandes” y “chicos”.
Le toca a cada escuela inventar su manera de dejarse incomodar, invadir, transformar para dar lugar a lo inédito, a lo aún desconocido, que puede desplegar cada uno de los que gentilmente son invitados a esperar tildándolos de “jóvenes”. – 7 de mayo de 2021
(1) Paul Nizan, “Aden Arabia”, Ed. Paradigma, Barcelona, 1991.
(2) Jacques Lacan, “Acta de fundación”, https://elp.org.es/wp-content/uploads/2019/10/Acta-de-Fundacion-J-Lacan-1964.pdf
(3) Cf. Jacques-Alain Miller, “Teoría de Turín acerca del sujeto de la Escuela”, https://wapol.org/es/las_escuelas/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=1&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=291&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=10
Juan Sist, Una conversación posible
Estimado Jacques-Alain Miller:
Espero que se encuentre bien. Mi nombre es Juan Sist. No tengo el gusto de conocerlo personalmente, pero algo me anima a escribirle. Considero que es el clima de conversación, que me parece promovió el Zoom que ha sostenido hace pocos días, el que me ofrece el margen para hacerlo.
Formo parte del Staff de La ciudad analítica desde su inicio. Luego de haber estudiado en el ICdeBA y haber cursado la Maestría en la UNSAM, recibí la invitación por parte de Daniela Fernandez para sumarme a un espacio que comenzaba a gestar junto a Graciela Brodsky. Fue la primera vez que, en un proyecto relacionado a la Escuela (EOL), tuve la posibilidad de estar involucrado en forma activa. Es decir, que no se trataba de escuchar a alguien que sabía, sino de poner algo de mí para un trabajo en común junto a colegas que desconocía.
Estoy seguro que fuimos muy afortunados de contar para esta empresa con la dirección de Daniela. Ella sostuvo de una manera indeclinable una política que hizo de la revista lo que es: un espacio donde los analistas en formación podemos -con rigor, pero sin temor- escribir, compartir nuestra lectura e inventar. Una política que no solo está dirigida hacia los jóvenes colegas que invitamos a escribir (quizás, algunos, por primera vez), sino para nosotros mismos (aquellos que formamos parte de la revista).
LCA se convirtió, para mí, en un espacio de conversación inédito con otros donde trabajamos arduamente para elaborar el objeto que nos proponemos tratar, tramar consignas posibles y compartir nuestros hallazgos singulares de lectura para ponerlos en la orbita de un trabajo en común.
Esa posibilidad fundamental, la de tramar lo singular de la lectura de cada uno con una política en común, no es algo usual para mí (y creo para muchos de mis colegas más jóvenes). Estamos más bien acostumbrados a asistir en calidad de oyentes a clases, quizás animarnos a hacer una pregunta al final de una exposición, pero no a estar implicados en la conversación. Lo que hace de nuestro transito por espacios de formación algo que redobla una soledad relativa a lo que hacemos a diario en nuestra consulta. Donde también estamos solos.
Desde luego, creo que en esta situación hay dos partes involucradas. Así como la Escuela comienza a transmitir su preocupación respecto al lugar que ofrece a las transferencias de trabajo que suscita en los jóvenes analistas en formación; los jóvenes analistas en formación tenemos una oportunidad de empezar a pensar nuestra implicación en la comunidad analítica. ¿Estamos dispuestos a pagar el precio de tomar la palabra y salirnos de los refugios en los que, sin saberlo, nos defendemos de lo que invita el discurso analítico?
Celebro la oportunidad de compartir con alguien como usted la experiencia de trabajo -tan valiosa para mí- en LCA y algunos pensamientos que suscitaron en mí los efectos de su presencia por Zoom del fin de semana pasado.
Juan Sist
Gloria Sensi, Conversación jóvenes
Querido Jacques-Alain Miller, le escribo con respecto a la juventud, la formación y la Escuela.
Quiero iniciar la carta refiriéndome a la metáfora que usted trajo el domingo pasado, la de inmersión en la Escuela, donde cada uno puede armar su recorrido. Eso que usted dijo me remitió a una frase de Germán García, que siempre traigo a la memoria cuando pienso en ¿qué es aprender/aprehender? Está en un libro que se llama ¿Qué piensan los que piensan?: “Oscar del Barco nunca me enseñó nada, pero yo aprendí de Óscar muchas cosas.”
Desde allí pienso mi relación a la Escuela, a la formación y a cómo transcurrir nadando para aprender y aprehender.
En cuanto a mi actual lugar, fui admitida como miembro este año, hace un par de meses, con la suerte de estar en un momento de muy vivo de la Escuela, con espíritu de conversación, lo que implica que también jueguen disidencias. Mi experiencia como ingresante fue cómo para todos, me imagino, singular.
Cada entrevista de admisión instaló nuevas transferencias de trabajo. En algunos casos devolvió a mi análisis un movimiento, un remolino.
Capto que la cuestión admisión no es sencilla, sin embargo me siento parte de la Escuela desde mucho antes que se me admitiera. ¿Es un punto importante ser admitido? Sí. No es lo mismo la voz y sus alcances desde un lugar u otro. Sin embargo, no es lo único que hace que se tenga una relación a la Escuela, es fundamental querer mantenerla más allá o más acá de la admisión. Me ha sido grato transcurrir por muchos de sus espacios y hacer la experiencia como colaboradora, pulió mi deseo de habitarla, lo digo porque despejó, al menos un poco, la distancia entre deseo -lo que se hace y con satisfacción- y el anhelo de que las cosas sean cómo uno las imagina. A veces estaba a la espera de que la admisión devenga como una sanción de un Otro que dice sí a una “buena o correcta tarea“ y a veces, simplemente estar en un lugar del que uno se apropia, simplemente hacer la experiencia para arreglárselas lo mejor que se pueda con un lugar que conmueve, qué agita la vida. Lo pensé en algunos momentos antes, e incluso ahora habiendo sido admitida. Hacer la experiencia de Escuela franquea transversalmente al momento de admisión. No puedo hablar por la experiencia de otros que de seguro enriquecen esta conversación. Sin embargo, desde este nuevo inicio para mí, quería agradecer a los colegas que me acompañaron desde la primera a la última entrevista de admisión que hice, -quiero aclarar que no entré ni al primer, ni al segundo, ni al tercer pedido-; por ende tuve la oportunidad de tener muchas entrevistas. Fueron también múltiples conversaciones que afianzaron mi relación a la Escuela. Más allá del tiempo transcurrido hasta el ingreso, los admisores, armaron un espacio sólido que me alojó siempre -cada uno a su estilo- en la que creo es la Escuela de Lacan.
Gloria Sensi. Miembro de la EOL y la AMP
A. Digirónimo, Desde el borde (sobre el debate #Los jóvenes)
Estimado Jacques-Alain Miller:
Hace quince años que sostengo la causa psicoanalítica desde el borde de la Escuela. Desde el borde y del lado de afuera. He visto en este tiempo que la Escuela es una entelequia, y esto porque la mayoría llega a ella infatuada por un lugar mágico al cual pertenecer. La Escuela no suele ser para el novato, para el que recién empieza y quiere llegar a ella, el lugar donde poner a trabajar su soledad junto a otras soledades, suele ser el lugar al cual hacer pertenecer el narcisismo. Ello queda excelentemente graficado en aquello que dijo un practicante de la ciudad en la cual ejerzo mi profesión: “pertenecer a la Escuela te cambia la vida”, frase en la cual el énfasis está puesto indudablemente en el verbo pertenecer y no en la Escuela (y mucho menos entendiéndola como intentaba Lacan). En el mismo ámbito hay gentes que sostienen que el dispositivo funciona solo, “confíen en el dispositivo”, y que hay psicoanalista sólo porque se lo postula.
He visto la fundación de la sección de la ciudad en la cual vivo, y he visto cómo esos narcisismos luchaban por su derecho sobre el psicoanálisis con un encarnizamiento feroz. La pertenencia, que se sostiene sin dudas en los que se deja por fuera, lleva a los síntomas peores de la institución que son los que convierten a la Escuela en entelequia: jerga, grupo, autocomplacencia. He visto cómo los que están allí, a veces por haber estado allí desde siempre, se duermen en la pertenencia, y los nuevos que llegan desde afuera lo hacen con la mera voluntad de pertenecer. ¿Qué lugar queda para la causa psicoanalítica si la Escuela se convierte en simple institución que sostiene narcisismos? Ello ocurre todo el tiempo, quizá no puede verse con facilidad desde dentro y menos desde arriba (porque hay arriba y abajo, sostenido en acto por los mismos que sólo quieren pertenecer, en acto, aunque de palabra dijeran otra cosa, porque es fácil decir lo que el psicoanálisis enseña de palabra, pero es extremadamente difícil sostenerlo en acto).
He estado en el borde desde hace quince años, he sostenido desde allí la causa psicoanalítica y me he inscrito en la Orientación lacaniana desde un principio considerando que la palabra orientación no remite a una dirección posible entre otras, sino que se opone radicalmente a la desorientación. He debido fundar, desde el borde externo, una pequeñísima institución a la cual hacemos funcionar trabajando todo el tiempo por evitar dormirnos en los laureles del discurso universitario, y pasan por ella unas pocas personas que descubren el discurso psicoanalítico y la Escuela desde afuera. Hemos sostenido, entonces, la Escuela desde el borde externo, y hemos podido evitar, así, convertirla en mera institución, pero hemos también visto desde allí cómo funcionan las cosas en acto y cómo se alejan de la hermosa teoría. En su momento he estado en el borde interno, por supuesto, ya que he cursado por algún tiempo en los institutos universitarios subsidiarios de la Escuela, el ICBA cuando se llamaba ICBA y no ICdeBA. Un año y un ensayo presentado fueron suficientes para encontrar que el psicoanálisis que circulaba en sus cursos era poco y que la mayoría de los docentes subestimaba al alumno (la excepción existió en un curso para alumnos avanzados dictado por Aníbal Leserre).
He estado quince años diciendo cosas como esta, he escrito dos libros que se desprenden de un análisis llevado hasta sus últimas consecuencias y ese tiempo ha demostrado que no puede decirse. He elegido el borde exterior para poder seguir diciéndolo, de alguna manera inútilmente, porque desde adentro no se escucha lo de afuera. Bienvenido el debate, entonces, acerca de lo que no puede decirse. Pero qué problema que tenemos, si Miller señala la puerta y, además, no hace fuerza para abrirla, la puerta no existe. Así funcionan los que sólo quieren pertenecer y hacen de la Escuela una entelequia.
Cordiales saludos,
Raquel Cors Ulloa, Rép. : Cada uno sumergido en la experiencia de Escuela
Querido Miller, lo múltiple sin uno, abre una actual pregunta: ¿Padre …o peor?
Un abrazo, Raquel
El 07-05-2021, a la(s) 08:45, Raquel Cors Ulloa escribió:
Querido Miller,
Qué tecla has tocado… Es genial! Sigo el debate y pienso que “los jóvenes” no son una propiedad/pertenencia.
Por qué no dejar a cada uno que se sumerja a nadar en su singular “experiencia”? Como en el análisis.
Raquel
Juan Diego Guerra, Sobre los jóvenes lacanianos.
Querido JAM,
Le escribo de nuevo, en esta ocasión para sumarme a la conversación sobre eso que usted ha llamado “la juventud lacaniana”. Con mucho entusiasmo estuve presente en la conversación del domingo. Con mucha alegría fui tomando nota de asuntos claves que usted fue puntuando a partir de las intervenciones.
Como le comenté en un correo anterior, soy miembro desde hace 3 años…en el 2018 recibí el sí de parte de la AMP para mi solicitud de homologación. Cuento con 37 años, a dos años de ese máximo que usted ha llamado en un reciente Tweet para el límite de la “juventud lacaniana”. Por lo que aún me siento implicado en esta conversación.
Usted decía en la conversación “dócil a lo Trans” (Docile au Trans), remarcando, especialmente ese “lo trans” y no “a los trans”, pues (según mi lectura de lo dicho por usted) no cederemos “a los jefes trans”. Me llama mucho la atención que usted haya escogido esa posición, “dócil”. Pues, sino mal recuerdo Lacan hace referencia a esa posición “dócil” del psicoanalista, en especial ante el sujeto psicótico.
Me llamaba la atención que cuando usted habló de los jóvenes dijo, “dócil a los jóvenes”, en plural. Además, y no menos importante sino lo contrario, hacía especial énfasis en cuanto a la orientación política de la Escuela y los jóvenes. Sin ser muy ambicioso y es aquí donde quisiera aportar mi pequeño grano a esta conversación, lanzo una pregunta que me parece central: ¿Qué implicación trae para nosotros ese “dócil a los jóvenes”? Supongo que se trata de una docilidad a los jóvenes y no “lo joven”, pues tampoco se trata de vivir en la eterna juventud, negando el paso del tiempo. Más bien, como usted bien menciona en ese bello curso Un esfuerzo de poesía, hay que estar reconciliados con el paso del tiempo. No es acaso ello de lo que nos habla Byung-Chul Han (el celebre filósofo Sur Coreano) cuando nos habla de El aroma del tiempo: Un ensayo filosófico sobre el arte de demorarse.
¿Qué implicación para nuestra orientación política, entonces, a partir de esa “docilidad a los jóvenes”?
Me parece una invitación a los jóvenes a no dejar en manos, en no lavarnos las manos, de la orientación política de la Escuela, de nuestra Escuela. Lejos de ello, involucrarnos, de la mano de los “sabios clínicos”, en pensar qué Escuela queremos. Lo cual conlleva, sin duda, habitar la Escuela.
Escribo a título personal y no en nombre de la Sede de la NEL-Guatemala. Sin embargo, sí quiero expresarle que esa tensión entre la “juventud lacaniana” y los “sabios clínicos” la vivimos también en nuestra Sede, sabiendo hacer, sabiendo acoger y logrando que pase algo ahí donde surgen los impasses, esos impasses que, a mi manera particular de entender las cosas, lejos de buscar eliminarlos hay que celebrarlos en la vida de Escuela…solo cuando hay un impasse, es que algo puede pasar.
Quizás es a partir de los jóvenes, de nosotros (si es que puedo decir un nosotros), que podemos ir acercándonos a temas de la época, como la docilidad a lo trans. Y pensar así, qué puede el discurso analítico aportar al discurso dominante que afirma (como en la foto que le envié el otro día: The end of Gender?).
Dócil a los jóvenes, ¿sería entonces lo que Lacan dijo (y tantas veces citado el domingo), estar a la altura de la subjetividad de la época?
Bueno, las preguntas están y la conversación está abierta.
Reciba un afectuoso abrazo.
Juan Diego Guerra España
Juan Pablo Duarte, o es sobre fútbol sino sobre series.
Estimado J-A Miller; mi nombre es Juan Pablo Duarte, practico el psicoanálisis en Córdoba (Argentina), soy adherente al CIEC y finalicé mi Maestría en Teoría Psicoanalítica en la Universidad Nacional de Córdoba en 2018.
Aún no soy miembro de la Escuela, pero por fortuna nunca me sentí jugando en la reserva, tampoco sentado en su banco de suplentes.
Hice muchas de las cosas que menciona Gabriela Grinbaum en su mensaje, incluso encanecer un poco. Pero me interesa contarle que, con la orientación de Mariana Gómez y Jorge Assef (ambos analistas de la sección Córdoba) desde hace catorce años tengo la posibilidad de participar e inventar modos de trabajar por la causa a través de la extensión universitaria, actividades de docencia y en publicaciones de revistas y libros. En el 2019, desde la Maestría y junto a colegas jóvenes organizamos un curso masivo online del que participan cinco analistas de la Escuela como docentes y casi 6000 alumnos de diferentes ciudades del mundo (algunos angloparlantes ya que el curso fue traducido a este idioma). El año pasado, debido a la pandemia, seguimos trabajando con las series de TV y el psicoanálisis e inventamos los Vivos en la Pandemia, una actividad muy convocante de la que participaron 43 analistas y practicantes de nuestro país y del extranjero. En este momento estamos a la espera de la segunda publicación sobre este tema del catálogo de la Editorial Universitaria.
Desde el 2001 tomé contacto con el psicoanálisis, desde el 2008 comencé a coordinar este tipo de actividades. Quería contarle que estos espacios resultaron muy importantes para mí formación. Hoy creo que son claves en el encuentro de muchos jóvenes con el Psicoanálisis, un encuentro que en muchas ocasiones prosigue en el CIEC y en las actividades de la Escuela. Entiendo que este trabajo se parece menos a una carrera futbolística que a una serie, creo que tiene relación con la conversación que usted propone y quiero ponerlo bajo su conocimiento.
Agradezco su apertura a este diálogo
Cordialmente
Luciana Rolando, Los jóvenes, otras voces
Estimado JAM: Estoy sumamente agradecida por su presencia el pasado 2 de mayo. Nos despertó. Al menos a mí. Produjo olas y el deseo de inmersión. Cada uno verá qué estilo nadar.
En lo que me concierne le cuento: Soy miembro de la AMP y de la EOL hace 13 años. Ingresé diría muy joven, a los 31, lo cual fué una experiencia de formación muy enriquecedora, abonó a la orientación no sin mí análisis claro.
Van 13 años de trabajo de escuela y de la experiencia de habitarla de diferentes maneras de acuerdo al trayecto recorrido en mí análisis.
Participé en la sección Córdoba durante estos años en diferentes funciones. Hoy formo parte del directorio como tesorera. Tuve y tengo la suerte de trabajar con los colegas que nombramos « jóvenes » y muy agradecida de escuchar otras voces. Sin ellos es difícil la transmisión de los efectos del recorrido que vamos haciendo, nuestras ideas, nuestras posiciones. Sin ellos los debates son difíciles. Se hacen presentes dentro de la escuela colaborando, participando, adhiriendo de alguna manera a la política de la AMP.
Lo nuevo no sólo rejuvenece. Cómo leí en la carta de Guido Coll, la juventud es una posición subjetiva. Pero también está lo joven de los cuerpos, lo joven del andar de esos cuerpos que a veces son necesarios para el empuje, para hacer presencia en lugares donde sólo un cuerpo joven y su energía puede hacerlo.
Decidí escribir esta carta para manifestar mi deseo de seguir trabajando con quiénes además de lo vivo portan la juventud de la orientación Lacaniana.
Me sumo a la sugerencia de otros colegas de reconsiderar la nominación de Adherencia como una posibilidad de apertura a los que de alguna manera ya están cerca. Adherir a un lugar, a un lazo, a una política no es responsabilidad menor.
Es además una posibilidad en nuestra comunidad de encontrar y encontramos nadando diferentes estilos, cada uno el suyo.
Agradezco su voz siempre joven que me despierta. Su posición viva que hace que lo vivo se transmita. Eso quiero para el futuro de nuestra AMP y sus escuelas-
Muchas Gracias JAM, por haber generado olas.
Un abrazo
Luciana Rolando. Córdoba – Argentina
Carolina Vignoli Gori, Me conmueven las palabras de Gaby Grinbaum
Estimado JAM, hace un tiempo me vengo preguntando si usted estará tomando analizantes en este último tiempo.
Yo quisiera poder viajar a París para analizarme con usted, el problema es que por ahora moverse en el planeta está un poco complicado.
Desde septiembre del año pasado se interrumpió mi relación analítica con Gabriela Dargenton, quien fuera mi analista por 15 años, debido a un par de impasses lo suficientemente insoportables para mí como para pensar en continuar mi análisis con otro analista.
En verdad jamás pensé que usted pudiera ser una opción hasta que hablé con mi amigo Luis Darío Salamone, me parecía que usted sólo recibiría analistas consagrados, pero Luis me alentó a atreverme a analizarme con usted.
Luego de escucharlo tan vivamente el domingo y posterior a la posibilidad de este debate que usted abrió respecto de lo dócil a la juventud, me atrevo a preguntarle.
¿Sería posible que usted me dé una entrevista?
Suya. Carolina Vignoli.
Natalia Fernandez Estevez,Joventud!! una vez mas. Cordoba, Argentina.
Estimado JAM,
En otro momento hubiese sido impensable escribirle; pero desde este Mayo, como una « joven » que habita el campo Freudiano, me resulta impostergable no hacerlo y sumar al debate.
Esta mañana en reunión de Cartel les dije a mis compañeras: « Por favor hablemos de la revolución en la AMP ». Utilizar el significante revolución en este contexto, en America Latina, en Argentina, en Cordoba, usted sabrá, es cosa seria.
Como practicante del psicoanalisis tengo la sensación que estamos viviendo un momento que no tiene marcha atrás, y se trata de un momento bisagra en el que necesariamente algo se produce, que avanza con la fuerza del deseo que a cada uno convoca.
Junto a otras practicantes, estamos abriendo una institución en la ciudad, que aloja a niños y jóvenes con dificultades en el lazo social, que hemos dado en llamar ni mas ni menos que « Institución Causa ». Entendemos que la transferencia a la escuela se ordena via la Orientación Lacaniana y que como usted nos ha enseñado una vez mas:
« Lo propio de la etica es desprendernos, apartarnos de lo que creemos familiar, para que así dejemos de practicar por hábito o por rutina siguiendo surcos que ya fueron abiertos. Lo propio de la etica es reconducirnos de lo familiar a lo extraño, enseñarnos que, cada vez aie creemos encontrarnos en nuestra morada, no hacemos más que estar en mora cpn respecto a lo extraño, y que incluso esto es una procastinacion- no queremos alcanzarlo, nos defendemos de ello » (Causa y consentimiento; 2019, p.13).
Gracias por abrir el debate que muchas veces no nos animamos a dar… el momento es ahora.
Natalia Fernández Estevez. Adherente del CIEC. Maestranda facultad Psicologia. UNC.
Georgina Vorano, #LOSJOVENES -aporte.
Querido Jacques-Alain Miller:
Le hago llegar mi aporte al debate sobre lo joven. Celebro y agradezco su gesto que habilita esta conversación. El recorrido por espacios universitarios académicos y de extensión, las comisiones de gestión y organización, los carteles y los grupos de investigación y seminarios, el análisis y los controles, las jornadas y conversaciones apasionadas con colegas y amigos me han producido enormes aprendizajes y también transformaciones. No serían posibles si no me hubiera encontrado irreversiblemente con Freud, con Lacan, con usted, con colegas y referentes y con instituciones dispuestas a sostener esta causa que interpela en el misterio íntimo de la vitalidad, al menos para mí.
Me ha costado pensar el debate en términos de lo joven y lo viejo o en términos numéricos, aunque están allí y cuentan. Me autorizo a contarle que la conversación me evocaba pensar en el infinito desafío que tenemos (me cuento, aunque no sea miembro aún de la EOL) en los distintos dispositivos, para no sucumbir a la burocracia. Si mucho, pero no-todo es fantasma, si mucho pero no-todo es deseo decidido, si mucho pero no-todo es entusiasmo, se presenta también la dimensión de los efectos de discurso, de los efectos de comunidad y grupalidad, de los efectos de Superyó institucional. Efectos estructurales que trascienden las singularidades y buenas intenciones y pueden generar temor a la enunciación creativa, obsecuencias, rivalidades, reproducciones incuestionadas, dobles discursos. La responsabilidad subjetiva y el fantasma llevados a su extremo en el discurso también pueden conducir a una resolución imperforable de una tensión quizás no resoluble totalmente. Y conducir a un discurso con similitudes a la forma americana del self-made sujeto. Generar mecanismos y espacios en los cuales desentrañar los axiomas del discurso, como usted proponía, es parte del esfuerzo infinito por ir un poco más allá de las inevitables burocracias y diferencias que los movimientos de vivir y formar parte de algo desencadenan. Me ha conmovido lo que planteaba sobre los espacios de inmersión. Sobre generar condiciones para una formación que habilite a la palabra valiente de la parresía. Y desande cada tanto los enquistamientos de saber cuya reproducción siempre nos amenaza. Admiro a los colegas que me han inspirado eso.
El camino no es corto ni largo si es auténtico, creo. Promover condiciones para esa autenticidad es un interminable desafío. Sus gestos de estos últimos días, las resonancias y palabras de tantos referentes y colegas, me han despertado en esa dirección. Lo comparto. Y lo agradezco. Experimento que la causa freudiana es joven, vital, potente y misteriosa. Y le viene bien una lúcida docilidad y simpatía. Gracias.
Georgina Vorano. (36!) Adherente del CIEC. Departamento TyA. Córdoba.
Diana Fernandez, Dócil.
Estimado Jacques-Alain
mi nombre es Diana Fernández, soy analista -en todo caso me esfuerzo por practicar el psicoanálisis-. Estoy cursando la maestría en Clínica Psicoanalítica y previamente cursé en el Icdeba. Tal como lo mencionó Marina Recalde en el intercambio que tuvo con usted, el domingo fue para muchos la ocasión de escucharlo por primera vez en vivo. Me incluyo en este doble acontecimiento de escucharlo y de hacerlo por primera vez. Marina R y Gabi Grinbaum son para mí dos referentes de analistas que hacen lugar en la escuela a los jóvenes, o a los que nos acercamos con tanteos; hacen lugar más allá de lo que pueden ser las torpezas que acompañan a la neurosis en su afán por hacerse un lugar en el Otro -mientras creemos que existe-. Y eso es muy importante, porque de alguna manera le hacen lugar a ese analista que está ahí, en el analizante que aún no termina su análisis, incluso que apenas lo comienza. De hecho le escribo estas palabras, alentada por Gabi.
Desconocía la situación de entrada a la escuela, sin embargo, creo que antes del pedido formal de ingreso, la escuela circula por otros espacios también; por ejemplo cada vez que hay una jornada, un congreso o un encuentro, suele invitarse a participar con aportes informales en las redes sociales tales como Facebook, Instagram – supongo que se sumará Twitter-, lo cual es una excelente iniciativa que acerca la libido al trabajo y hace lazo. Esos son espacios donde hacer lugar está en manos de jóvenes con distintos momentos de formación, y a veces allí también puede ser difícil entrar. No creo que la tiranía se divida en viejos o jóvenes, estoy leyendo dócil, es lo que contrarresta la tiranía. Dócil a los otros, dócil a habilitar el hacer de los otros, a acompañar la manera singular en que cada analizante inventa su práctica.
En el tiempo en que me tomó animarme a escribirle, veo que la ola se hizo tsunami, veo que somos muchos concernidos por sus palabras « dócil a los jóvenes », muchos nos dirigimos a usted, y entiendo este acto suyo de compartir los intercambios en su blog, como una invitación a leernos y conversar, a intentar responder nuestras propias preguntas. Marina y Gabi dieron un puntapié inicial, y la escuela está ahora concernida por sus palabras también.
Dejo planteada mi pregunta: ¿Y si dócil se transforma en mandato? ¿cómo mantener una tensión que no permita a « dócil » deslizarse a buenas intenciones? Porque en definitiva la tiranía puede muy bien sostenerse en buenas intenciones, y para ser bienintencionados no hay edad.
Antes de despedirme, le cuento que mi transferencia a la escuela tuvo que ver con el encuentro de las marcas de intervención del analista, que se deslizaban en testimonios de pase de sus analizantes: siempre la sorpresa con la misma pregunta: ¿quién es el analista de este AE? La respuesta, siempre Uno y Mill.
Un saludo afectuoso, Diana Fernández
Rafael Krasnogor, Rafael Krasnogor desde Tucuman Argentina
Estimado Jacques Alain Miller.
Soy Rafael Krasnogor vivo en Tucuman Argentina y le escribo a raíz del movimiento que inició luego de la presentación de su libro, diría de los jóvenes que seguimos atentamente su transmisión y le escribo puesto que es mi deseo ingresar a la EOL. Le cuento que recientemente pedí ingresar a la EOL y usted ya sabe lo complejo que es.
Espero que a partir de su disertación logre conmover las puertas que para los jóvenes como es mi caso con 47 años y en transferencia con su enseñanza resultan tan difíciles de franquear.
Mi formación cuenta con un Estudio de Grado de Psicología y un DOCTORADO y Posdoctorado en Filosofía.
ingresé como docente a la Universidad Nacional de Tucumán, en la que usted disertó hace algunos años, en esta casa de estudios tengo una cátedra sobre Temas de Filosofía y Lógica otra cátedra sobre Filosofía y Psicoanálisis y recientemente ingrese en la Cátedra de Psicoanálisis Freud. Además debo contarle que desde la creación del Instituto Oscar Masotta participó en su formación, primero como estudiante y con el correr de los años DOCENTE y actualmente soy el responsable de la Gestión Operativa del CID-TUCUMÁN IOM2. Me analizo hace 10 años y realizo mi práctica en consultorio.
Afectuosamente. Krasnogor Rafael
Luis Iriarte, #LOSJOVENES #NEL
Estimado Jacques-Alain Miller,
Le escribimos aquí “algunos jóvenes” causados por el psicoanálisis de orientación lacaniana. Nos sostenemos del particular aristotélico como una tentativa de dar cuenta de lo que él buscó cernir : algo del orden de la existencia.
Dejamos nuestros respectivos países para pasar cinco o más años en París, cada uno con nacientes transferencias de trabajo en Latinoamérica. Fueron justamente los encuentros con los colegas que se han formado en distintas escuelas de la AMP quienes nos hicieron conocer el “país del psicoanálisis” y, con ello, orientar nuestro deseo naciente de analistas por su enseñanza.
Cada uno quiso ir a París, dejando una vida tras de sí, para encontrarnos con su enseñanza, escucharlo y aprender de usted, y de sus colegas, sobre psicoanálisis. No fue un transcurso fácil, hicimos un Máster o un Doctorado en el Departamento de Psicoanálisis de Paris VIII, nos formamos en los dispositivos de la Sección Clínica de París e Ile-de-France, algunos incluso tuvimos la suerte de participar de Atelier de Psychanalyse Appliquée – entendiéndolo como justamente un lugar creado para dar lugar a los jóvenes –, la suerte de ir a su presentación en Val-de-Grâce y de hacer pasantías en CPCT de París. Nos analizamos y controlamos con colegas de la ECF y la AMP, sostenemos nuestra transferencia decidida hoy mismo en los dispositivos de formación.
Actualmente, continuamos en los dispositivos de la NEL, participamos de sus enseñanzas, de sus carteles y eventos de Escuela, y queremos ser parte de esta Escuela de la AMP. También generamos espacios de intercambio en Europa y de transmisión del psicoanálisis en Latinoamérica: participamos en equipos de traducción e intentamos tener un lugar en nuestra Escuela.
Hemos querido escribir esta carta porque creemos que se trata de un tiempo inédito, que usted inauguró con su intervención del 2 de mayo. Tal vez podremos encontrar algo más de docilidad a lo que hemos vivido de una u otra forma como un desencuentro con la NEL.
Simplemente queremos decirle que aquí estamos, contribuyendo de distintas maneras al país del psicoanálisis, que los jóvenes estamos trabajando a pesar de que nos cueste encontrar nuestro lugar en la NEL, pero que estamos participando y queremos tener nuestro lugar en la vida de la Escuela.
A pesar de nuestros vaivenes y desencuentros con la NEL, que no han facilitado el desarrollo y el alojamiento de nuestros deseos, hemos creado lazos con esta Escuela, con sus sedes y delegaciones, y esperamos a través de ellas encontrar a la AMP y poder existir como analistas practicantes del Campo Freudiano.
¿Habrá en ellas un lugar para nosotros? Al menos los jóvenes queremos…
Nos gustaría mucho contarle nuestras experiencias y recorridos, por lo mismo, si usted tuviese tiempo nos encantaría poder conversar y recibir su orientación para darle curso a nuestra transferencia con la NEL.
Suscriben:
José Altamirano, Quito – Ecuador
Daniela Dighero, Santiago – Chile
Cinthya Estrada, CDMX – México.
Paola González, Monterrey – México.
Magnolia González, CDMX – México.
Luis Iriarte, Quito – Ecuador.
Gabriela Pazmiño, Quito – Ecuador.
Pablo Reyes, Santiago – Chile
Andrea Zuñiga, Popayán – Colombia.
Carolina Puchet, Sobre la conversación acerca de los jóvenes
Estimado Jaques Alain,
He seguido con detenimiento las cartas e intercambios que ha tenido desde ayer acerca de los jóvenes y que muy amablemente ha publicado en su blog.
Le escribo desde la Ciudad de México, una ciudad que ha sido lugar de refugio para muchas personas de muchos países en diferentes momentos de la historia. Esto dio lugar a que el psicoanálisis llegara hace muchos años. Un psicoanálisis que no estaba vinculado a la Orientación Lacaniana. La Escuela lleva algunos años en la ciudad, podría decir que es nueva si la comparamos con otras instituciones psicoanalíticas que tienen más de 30 años. Aún así nuestra orientación atrae a los jóvenes, crea transferencia porque se trata de un discurso distinto al que escuchan en la universidad. Les llama la atención que Freud y sobre todo Lacan no sea sólo para entendidos, que esté vinculado con la práctica clínica.
Por otro lado, los colegas de otras orientaciones nos reconocen que podemos conversar con ellos, que no los confrontamos.
En el país tenemos gente joven en diferentes ciudades interesados en formarse, con ganas de acercarse a la Escuela porque encuentran que este discurso los orienta en sus ámbitos profesionales. Algunos de ellos forman parte, de lo que llamamos iniciativas, que llevan algunos años sosteniendo en sus ciudades espacios de estudio de textos de Orientación Lacaniana. También muchos de ellos viajaban con frecuencia a las actividades que organizaba la NEL Ciudad de México y actualmente forman parte de carteles y seminarios de la sede.
Con esto quiero decir, que México es un territorio con mucho potencial para los jóvenes que se acercan a la orientación lacaniana. Tenemos mucho por hacer y por inventar, muchos espacios donde podríamos incluirnos para que los jóvenes nos escuchen. La orientación que hoy nos propone, la docilidad que en acto nos enseña, nos ayuda a pensar cómo seguir, de qué manera poder tener un lugar en esos espacios. Además, la conversación que ha comenzado con nuestros colegas de la EOL sobre el instituto y la Escuela nos permite pensar cómo, en nuestro contexto, convendría llevarlo a cabo leyendo, escuchando otras experiencias.
Le agradezco mucho su disposición para que este intercambio suceda, para que podamos leernos. Agradezco también que con su posición nos convoca a trabajar y enlazarnos, esto enseña que la Escuela Una existe si la hacemos existir.
Le mando un fuerte abrazo
Carolina Puchet Dutrénit, Directora de la NEL Ciudad de México, Miembro de la NEL y la AMP
Jorge Assef, About « #Debate Jóvenes » among young English-speakers
Estimado JAM:
Como usted sabe soy Co-editor de Lacanian Compass Review junto a Jeff Erbe, y participo desde 2013 en actividades de Lacanian Compass especialmente en New York. Ese camino propició que me inviten a ser Mas Uno de dos carteles en la NLS integrados por jóvenes de Canada, California, Miami, Nueva York y Londres.
Le escribo justamente para contarle que algunos de esos colegas se han interesado por el #Debate Jóvenes que usted ha impulsado en su Blog, lo estan siguiendo y lo comentan con entusiasmo en los grupos de Whatsapp.
-Una joven de Inglaterra me escribió esta mañana: « It’s incredible!! », « I hope we have a zoom in English with Miller too » (en referencia a los efectos que tuvo en los jóvenes de habla hispana escucharlo en la conversación con la ELP el domingo pasado)
-Un colega de Estados Unidos me escribió: « It’s a very interesting what is happenig with young people and Miller ».
Estoy sugiriendo a estos jóvenes que también le escriban a usted, que se sumen a la conversación, no es fácil, lo ven muy lejano, pero tal vez venzan la inhibición y se atrevan a hacerlo en estos días.
De todas maneras el propósito de este mail es ponerlo al tanto y celebrar que la invitación al debate que usted abrió ayer esta llegando también a los jóvenes de los países anglo-parlantes!!
Hace muchos años saliendo de un control con usted en Paris, le conté que me iba a Londres, usted me preguntó que « por qué viajaba a Londres », le respondí sorprendido y sintéticamente « porque me gusta », entonces usted me invitó sentarme nuevamente y me habló de los desafíos y de la importancia de transmitir la enseñanza de Lacan en el mundo anglo-parlante. Fue una conversación de 20 minutos que marcó mi vida, yo era un joven de 29 años de edad, hoy la recuerdo especialmente.
Lo saludo, Jorge Assef
Barbara Sagasta
Estimado J-A Miller:
Mi nombre es Bárbara Sagasta, soy Lic. en Psicología en la Universidad de Buenos Aires, trabajo en un Hospital Público en el que conformamos un equipo causado por el psicoanálisis de la orientación lacaniana, y soy una entusiasta participante de primer año del ICdeBA.
Me tomo el atrevimiento de escribirle dado que su intervención del 2/5 tuvo un fuerte impacto en mí: « dócil a los jóvenes », aún me resuena.
Quisiera contarle que siempre me costó un poco escribir, o al menos eso ha sido considerado una traba en mí, en algún momento. Sin embargo publiqué por primera vez un texto (sobre un caso clínico del Hospital en el que trabajo) en la Revista LCA 1. Debo decir que el comité de redacción de la revista me acompañó de tal modo en el proceso de escritura, que la experiencia para mí fue maravillosa. Quiero escribir más!
La Escuela me causa, participo en varios seminarios y actividades y mi deseo no se agota… quiero más!
Siento que tengo mucho por delante, y eso me impulsa, me vivifica!
Muchas gracias por permitir este hermoso intercambio.
Saludos cordiales. Bárbara Sagasta
Romina Hornus, Encuentro generacional, para sumar al hilo de los jóvenes.
Estimado Jaques Alain Miller,
Impactada, por los tres acontecimientos ocurridos en lo que va del mes: su anuncio de la publicación de los documentos a su guarda, de Lacan, y su convocatoria totalmente abierta a quien desee contribuir a este enorme desafío; su asistencia virtual a la presentación de su libro Polémica Política, y el modo en el que usted llevó adelante ese encuentro; y la publicación en su blog, del texto de Gabi Grinbaum, y el intercambio de mails con Marina Recalde; impacto que aún resuena en mí, es que decidí hacer algo con esta vacuna vital inyectada; además de haberme puesto a disposición para la enorme tarea con los papeles de Lacan, le escribo.
Me enamoré del psicoanálisis, a primera vista, cuando leí a Freud hace muchos años, pero el encuentro con la orientación lacaniana de la EOL, fué en la facultad de psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, de la mano de analistas que aún ejercen la docencia allí, precisamente Jorge Assef y Mariana Gómez, con quienes se generó una enorme transferencia de trabajo, y quienes me acercaron a Lacan y a usted; por eso fuí a la Escuela; Escuela de la cual nunca estuve enamorada, pero de la cual no me quiero ir, porque siempre sentí que una parte de ella se esforzaba y estaba abierta para recibirme. Al escucharlo el domingo, tuve la impresión que estaba provocando un encuentro generacional, (además de la apertura inédita del psicoanálisis a todo el mundo), hay cosas muy valiosas de « los viejos », que atraen a « los jóvenes »; y este viejo que usted dijo ser, recibía con los brazos abiertos a estos nuevos analistas, de una manera muy cálida, para trabajar juntos. Están los « jóvenes », y también los « nuevos » que pasados los 35 (edad límite que me parece adecuada para enmarcar la juventud propiamente dicha), trabajamos con mucho entusiasmo dentro de la orientación lacaniana.
Le escribí a Gabi Grinbaum ayer, lo comparto, porque resume las primeras impresiones, las cuales he podido esbozar así:
Gracias Gabi por tus palabras que Miller publicó en el blog! IMPACTANTE, hace rato que me siento parte de la escuela, que la siento, la palpito, que me llama y la busco. Además de lo que decís que comparto esa sensación que es imposible y que inhibe y frustra, hay algo de parte nuestra de una cierta cobardía. La responsabilidad es compartida. Debemos hacernos cargo también los que no nos animamos a reconocer nuestra parte. Todo este revuelo que ha generado Miller lo celebro, me ha hecho renacer, y junto con el trabajo de análisis, me avoco en la parte que me toca. Porque si bien « Se acabó la época de los maestros », eso implica salir de la comodidad del alumnado.
Cerré mi mensaje a Gabriela, diciéndole lo importante que fue para mí escuchar su testimonio, porque sentí que podía ser parte de ese mundo.
Me siento convocada desde una zona del medio, ni toda adentro, ni toda afuera, asumiendo que soy responsable de construir una Escuela más acorde a lo que creo, junto con otros (viejos, jóvenes y nuevos), para que siga viva ante los impases de la civilización.
Un alegre y afectuoso saludo. Romina Hornus
Jacqueline Lejbowicz, Carta
Estimado Jacques-Alain Miller:
La juventud promueve despertares. Con insomnios incluidos. También la suya. De su escrito “Dócil a lo trans”, me gustó especialmente la referencia a conversaciones con su nieto. Me hizo pensar en conversaciones con mi hija y sus amigos. Y más aún con los alumnos de la facultad.
Tengo el gusto de pertenecer a la cátedra de Psicopatología 1, de la Facultad de Psicología de la UBA, cuyo titular es Fabián Naparstek. Una cátedra vigorosa y creciente en cantidad de alumnos y en producción e intercambio. Hace algunos años le propuse a Fabián, organizar jornadas de las dos cátedras que él dirige (Psicopatología 1 y Clínica de las toxicomanías y el Alcoholismo). No sólo tomó mi iniciativa, sino que además me convocó a estar al frente de la organización.
Llegamos a hacer, antes de la pandemia, siete jornadas en la Facultad de Psicología con una concurrencia de 450 alumnos aproximadamente, en las que participaron analistas muy queridos y respetados de la Escuela, se hicieron allí presentaciones de números de la revista Lacaniana y hubo presentaciones de trabajos de docentes de ambas cátedras; así como conferencias maravillosas de Fabián . Pero sobre todo, en las dos últimas jornadas implementamos una mesa en la que ex alumnos presentaron sus trabajos a sus compañeros, con la interlocución de Fabián Naparstek y de Andrea Berger. La alegría y el entusiasmo que estos encuentros provocan en los alumnos hacen a la vida del psicoanálisis y su transmisión en la facultad. Veremos si con estrategias de zoom y foros, como lo hacemos con las clases, podemos continuarlas
En relación a su pregunta por las edades de la juventud lacaniana, la mayoría de los alumnos rondan los 22 años. Veremos cuántos de ellos continúan el camino del psicoanálisis, o se van al coach, el cognitivismo, y las ofertas del mercado actual. Pero es contundente nuestra apuesta; y, conmovedora la respuesta de los alumnos.
La conversación entre generaciones hace al movimiento de la vida. Mi análisis y mi formación con analistas de la Escuela, las clases a los alumnos, las supervisiones a analistas en los centros de salud, la clínica misma, me lo hacen saber.
Agradezco a Gabi Grinbaum y a Marina Recalde y tantos colegas por tomar la posta. Y sobre todo a usted que la inició.
Afectuosamente.Jacquie Lejbowicz.
Damian Perez, Un joven argentino
Estimado JAM,
Como joven me siento convocado a escribirle. Le cuento que vivo en Neuquén, en el interior de la Argentina, desarrollo mi práctica clínica aquí, soy co-responsable del IOM CID Neuquén, dirijo una revista para el mismo cuyo primer número está por salir, coordino hace 8 años un taller de lectura junto a otra joven colega donde hoy estamos abordando principalmente su curso “Del síntoma al fantasma y retorno”. Curse el ICdeBA y ahora estoy haciendo la maestría. Viajo para analizarme y controlar en Bs. As, que es la realidad de muchos de nosotros, hago esa apuesta y eso me permite tener una relación más cercana con la Escuela y sus actividades. Sin embargo no he pedido el ingreso a la misma, es sabido que eso implica un proceso desgastante, de insistencia y porque no también, de transferencia negativa. Por el momento es mi inconsciente el que por medio de un sueño me hace saber que allí no hay Otro que atienda, el teléfono suena y suena y no hay respuesta.
Hace un tiempo mi analista me pregunto que estaba esperando para hacer el pedido de entrada a la Escuela, conteste que no estaba dispuesto a que me digan que no dependiendo de factores que nada tienen que ver con el recorrido y el deseo, y que se sabe que para el interior del país es aún más complejo. Distinto seria con el pase en la entrada, como forma de demostrarlo o dar cuenta.
Hoy me permito sentirme parte de este momento histórico del psicoanálisis al que usted ha dado lugar, con todo lo que ello implique. Valoro así que dé la palabra a la juventud y espero de nosotros que estemos en condiciones de decir algo por nuestra cuenta.
Debo confesarle que cuando cierran las puertas pero también las ventanas de zoom por no ser miembro o asociado dígase de la NEL o la SLP, me desconcierto. Porqué un pase no lo podemos escuchar todos?- celebro también por eso su apuesta a la Escuela Una.
Para finalizar le diré que respecto al psicoanálisis no me siento ni tan joven ni tan viejo, siento que hay algo vivo allí y con eso me quedo.
Lo saludo atte, con mis respetos y asombrado de que este haciendo esto.
Damián Pérez.
Ma. Fernanda Mailliat, LOA JOVENES
Querido Jacques-Alain
¿Será bien recibida la carta de una no miembro de más de 35?
Dudé bastante en escribirle, pero al mismo tiempo me pareció una oportunidad imperdible para contarle algunos detalles de mi experiencia con una empresa “imposible”, tal como la describe Gabi Grinbaum.
Recién graduada de la UBA y sin ningún gusto por el psicoanálisis, me dispuse a dar lo que aquí se llama “examen de residencia”. Mi desconocimiento en la materia me llevó a tomar unas clases de apoyo y allí me encontré con un analista de la EOL. Ese fue un encuentro inolvidable para mi, porque luego de esas clases supe con total claridad que quería saber más sobre el psicoanálisis de la orientación lacaniana.
Dejé un análisis en curso y busqué un analista en el marco de la Red de la EOL.
Para ese entonces era cronológicamente joven, muy joven. Siendo una sub 25 me acerqué a la Eol y allí empecé a armar mi formación que inició con grupos de estudios, siguió con el ICBA, el Colegio de Graduados, las Jornadas, algunos seminarios diurnos y los tres ensayos del Icba que me permitieron acercarme a PAUSA.
En medio de todo aquello, nuevamente cambio de analista.
Puedo ubicar perfectamente lo que hizo caer esa transferencia. Aquel analista había dado muestras de su alejamiento de la Escuela y esos gestos dieron paso al momento de concluir ese análisis, al cual le agradezco muchas cosas.
Antes de despedirme ya sabía a quién iba pedirle análisis. El nuevo analista era y es un miembro activo de la Escuela y por supuesto, cuenta con otros rasgos que no vienen a cuento en esta misiva.
Siendo una sub 40 empecé a colaborar con aquellas actividades de las que participaba cada año: Jornadas anuales y de carteles, Enapol, Ferias del Libro. Para ese entonces me propuse presentar trabajos en aquellos espacios donde tenía la oportunidad hacerlo.
Mi primer pedido a la Secretaría de Admisión llegó al concluir la maestría de la Unsam. El entusiasmo por la causa analítica me salía hasta por las orejas y como sabía eso de que entrar a la primera es como hacer hoyo en uno, me dispuse a re enviar mi carta al año siguiente.
No se si habrá sido la llegada de los 40, pero después del tercer pedido se abrió paso un malestar muy grande que solo podía mitigar con mis decididas transferencias, mis lazos de trabajo con los colegas-amigos de la Eol y la docencia en la UBA, donde encuentro un lugar para transmitir el psicoanálisis a los más jóvenes.
Mi cuarto pedido llegó en el 2020. El malestar se había disipado luego que en el 2019, junto a dos amigas miembros de la EOL armamos un seminario diurno que se llamó “Inicios de los tratamientos en psicoanálisis”. Para ese entonces también llegó la invitación a escribir en LCA 3 y la posibilidad de ser colaboradora del ICdeBA.
Esta vez el entusiasmo no me salía por las orejas, pero resultaba suficiente como para golpear la puerta una vez más.
“Estoy perpleja. Tirame un S2”, le escribí a alguien cuando caí en la cuenta que no había recibido el llamado para tener las entrevistas de admisión.
Le confieso que varias veces me pregunté qué hago golpeando una puerta que no se abre y más aún hoy, que soy una joven sub 50.
Sin embargo, mientras me pregunto y me río un poco de la cronología, alzo mi puño y me dispongo a golpear una vez más.
Cariños, Fernanda Mailliat
Daniela Detta, Sobre los jóvenes en la EOL
Estimado Jacques Alain Miller:
Me llamo María Daniela Detta, tengo 34 años y soy de Bs As. Conocí la Orientación Lacaniana cuando tenía 22 años siendo pasante en un hospital de salud mental, desde ahí que mi norte siempre fue la Eol.
Me acerque a la escuela con los seminarios diurnos, después el ICdeBA, los carteles, los grupos de estudio, sin faltar por los espacios rigurosos y sostenidos de supervisión con analistas de la institución. Y por supuesto mi analista.
La primera vez que fui a un congreso de la Eol, recuerdo haberme emocionado con los testimonios de pase y quedar sorprendida de como resonaba el latido del entusiasmo en mi cuerpo. En cuanto pude colaborar en organizaciones de congresos ahí estuve.
En el 2017, leo en una publicación de Facebook que Usted iba a estar dando una conferencia en Madrid el mismo día que yo iba a estar ahí gracias a un viaje familiar. Desesperadamente fui a comprar la entrada para poder escucharlo dejando de lado la excursión familiar que paso totalmente a segundo plano. Llegue 45 minutos antes de la emoción.
Con esto intento compartirle que, sin ser miembro, me siento de la Eol, y que me sumo a promover espacios donde el pertenecer no quede solo en un sentimiento sino en un lugar más receptivo para los jóvenes.
Lo saludo con cariño.
Gerardo Battista, Debate LosJóvenes. Sobre el Cartel…
Estimado Jacques-Alain Miller:
Mi nombre es Gerardo Battista y le escribo porque tanto su extraordinaria Conversación el domingo pasado como las cartas de Gabriela Grinbaum y Marina Recalde me incitaron a tomar la palabra, algo que suele ser esquivo en mí. Quiero detenerme en la propuesta que ha realizado Graciela Brodsky, a quien le he escrito y me sugirió que me dirija a Ud. Formo parte de la comisión de Carteles de la EOL (Viviana Mozzi es la responsable) y me interesó mucho la propuesta de Graciela Brodsky sobre volver a pensar al Cartel como puerta de entrada a la Escuela y sobre cartelizar los pedidos de admisión. Me parece que desplaza de la buena manera el eje miembro-no miembro y pone el acento en revalorizar la función del Cartel en la Escuela. La EOL propone cartelizar a los recién llegados, es una política bien orientada. En efecto, el Cartel es una de las formas en que la Escuela aloja sus transferencias. Subrayo esto porque la Sección Córdoba suele convocar a muchos jóvenes de vientipico y treintipico. Creo que en gran parte se debe al lugar que tiene el Cartel en la formación analítica. En Buenos Aires el Cartel no entusiasma tanto, es notable que no son muchos los miembros que inscriban su formación bajo esta modalidad. No tengo aún una respuesta al respecto, encontré una suya en “El cartel en el mundo”: “No percibo emoción cuando los colegas hablan del cartel. Es un hecho que la tradición no es el cartel sino el curso magistral. En Argentina, donde la Universidad ha estado durante mucho tiempo amordazada y ha permanecido arcaica en sus métodos, se confluyó alrededor de maestros que dispensaban su enseñanza fuera de la Universidad, maestros que no lo eran por el diploma sino por el carisma”.
Cómo vitalizar el Cartel como órgano de formación es lo que nos inquieta y sobre lo que estamos trabajando en la Comisión. Por tal razón, renovamos su revista “La 4 + Uno” y la web donde hemos decidido publicar los textos fundacionales de Carteles de nuestra Escuela. Las próximas jornadas tendrán ese tinte, estamos en eso… Me parece que nos debemos una nueva reflexión sobre el lugar del cartel en la formación analítica y como puerta de entrada a la Escuela.
Celebro y agradezco transitar este momento épico en el Campo freudiano.
Un saludo cordial, Gerardo Battista
Alejandra D´Andrea, Permítete decir cualquier cosa
Estimado JAM:
Comienzo por la frase en la que se apoya su blog WLB
“Permítete decir cualquier cosa”,
Sobre el destino de los papeles de Lacan que hoy encuentran su destinatario.
1- JAM anuncia que siente la llamada de lo nuevo, “(…) los papeles eran como la carta robada, porque los destinos habituales no convenían y ahora ha llegado a destinación” (…) “con esos papeles hacemos un carnaval (…) hacemos vida”
2- ¿Que de este momento inédito instituye un destinatario?
3- Resonancias a partir de un ensayo de Giorgio Agamben: “ ¿ A quién se dirige la poesía?”
GA, Considera que lascategorías modales quedan por fuera de este asunto. El destinatario del poema respondería más bien a una “exigencia”,
Dos pasajes del ensayo:
– “Es esto quizás lo que Cesar Vallejo tenía en mente cuando, al definir la intención última y la dedicatoria de casi toda su poesía, no encontró otras palabras más que decir por el analfabeto a quien escribo. Es importante detenernos en la formulación aparentemente redundante “por el analfabeto a quien escribo”. Aquí “por” significa menos “para” que en “lugar de”; tal como Primo Levi dijo que él daba testimonio por –esto es, “en el lugar de”– aquellos llamados Muselmanner que, en la jerga de Auschwitz, nunca pudieron dar testimonio.”
-“El verdadero destinatario de la poesía es aquel que no está habilitado para leerla. Pero esto también significa que el libro, que es destinado a quien nunca lo leerá –el iletrado– ha sido escrito por una mano que, en cierto sentido, no sabe leer y que es, por lo tanto, una mano iletrada. La poesía es aquello que regresa la escritura hacia el lugar de ilegibilidad de donde proviene, a donde ella sigue dirigiéndose.”
Ambos pasajes guardan afinidad con una frase en Lituratierra: “Por mi parte si propongo al Psicoanálisis la letra/carta como en espera [ en souffrance,] es que muestra allí su fracaso”
¿Es posible considerar que el destinatario se apoyaría sobre el fondo de un fracaso?
Tomo una lectura que me evoca una conexión y me gusta acercar
El discurso a la EFP (diciembre, 1967) el valor de este discurso es interesante en el punto que se trata del lugar del fracaso en el acto. Testimonia eso.
Usted menciona en Política Lacaniana que cuando Lacan lanza “Su proposición”, dos meses antes, no recibió ninguna aprobación el peso de ese fracaso motiva este discurso “se enuncia sobre el fondo de esa decepción”
Me lleva a considerar que lo que se testimonia es el fracaso del acto- frente a lo nuevo- que emerge, pero no es sin consecuencias.
Alejandra D´Andrea, integrante del Nudo Zadig la Patria del Sinthoma
Córdoba, Argentina
Viviana Noya, #LOS JOVENES
Querido Jacques-Alain,
Soy una joven ya que hace unos treinta años que tengo veinte y mucho antes de eso, desde mi adolescencia estaba causada por el psicoanálisis, causa que me sostiene pasionalmente enlazada a la EOL.
Soy analista de la Red de la EOL, colaboro en el Seminario de Fabián Naparstek, integro un Nudo en la Movida Zadig y también soy una de los cuarenta y cinco analistas que en el 2020 quedamos a la espera del llamado para la entrevista de Admisión que aún hoy no llegó.
Desde mi práctica hospitalaria en los noventa comenzó mi lazo a la Escuela pero fue con el Seminario de los miércoles de Mauricio Tarrab, Graciela Brodsky y Fabián Naparstek cuando comencé mis segundo análisis, la participación en las Jornadas Anuales, Carteles, ENAPOL, espacios de control y el empuje fue tan fuerte y decidido que hasta escribí un trabajo para el Congreso de la AMP en 2010 donde los No-Miembros éramos recibidos por Usted como los « Recién arribados » y así seguí con los siguientes Congresos.
Luego de la Maestría del ICdeBA fui convocada por Fabián para integrar su Cátedra en UBA donde transmito el psicoanálisis, así como admitida por Graciela Brodsky en sus espacios de estudio y control. Ese aliento me decidió a pedir la entrada a la Escuela en 2016 con una devolución generosa en la entrevista del Consejo que situó mi lazo a la Escuela como una fuerte relación analítica, poniendo el acento en mis trasferencias.
Al siguiente año volví con un plus que es lo que también tengo para ofrecerle a la Escuela en extensión, en mi actual práctica hospitalaria, esta vez como Supervisora y docente de Concurrentes aquí donde vivo a cincuenta kilómetros de la EOL donde la transferencia a Lacan es muy fuerte pero no siempre bien orientada, aquí donde hay tanto por hacer por y para el Psicoanálisis de Orientación Lacaniana.
Es ahí donde los NO de la Escuela y la entrevista que espero desde el año pasado no llega, me dividen y me llevan a preguntarme por cual obstinada razón sigo ahí, con la nariz contra el vidrio golpeando por entrar…Será trabajo para mi análisis.
Haberlo vuelto a ver el domingo pasado me realmente me alegró, me VIVIficó.
Le escribe Vivi Noya, de Buenos Aires.
Gerardo Battista, Sobre el Cartel…
Estimado Jacques-Alain Miller:
Mi nombre es Gerardo Battista y le escribo porque tanto su extraordinaria Conversación el domingo pasado como las cartas de Gabriela Grinbaum y Marina Recalde me incitaron a tomar la palabra, algo que suele ser esquivo en mí. Quiero detenerme en la propuesta que ha realizado Graciela Brodsky, a quien le he escrito y me sugirió que me dirija a Ud. Formo parte de la comisión de Carteles de la EOL (Viviana Mozzi es la responsable) y me interesó mucho la propuesta de Graciela Brodsky sobre volver a pensar al Cartel como puerta de entrada a la Escuela y sobre cartelizar los pedidos de admisión. Me parece que desplaza de la buena manera el eje miembro-no miembro y pone el acento en revalorizar la función del Cartel en la Escuela. La EOL propone cartelizar a los recién llegados, es una política bien orientada. En efecto, el Cartel es una de las formas en que la Escuela aloja sus transferencias. Subrayo esto porque la Sección Córdoba suele convocar a muchos jóvenes de vientipico y treintipico. Creo que en gran parte se debe al lugar que tiene el Cartel en la formación analítica. En Buenos Aires el Cartel no entusiasma tanto, es notable que no son muchos los miembros que inscriban su formación bajo esta modalidad. No tengo aún una respuesta al respecto, encontré una suya en “El cartel en el mundo”: “No percibo emoción cuando los colegas hablan del cartel. Es un hecho que la tradición no es el cartel sino el curso magistral. En Argentina, donde la Universidad ha estado durante mucho tiempo amordazada y ha permanecido arcaica en sus métodos, se confluyó alrededor de maestros que dispensaban su enseñanza fuera de la Universidad, maestros que no lo eran por el diploma sino por el carisma”.
Cómo vitalizar el Cartel como órgano de formación es lo que nos inquieta y sobre lo que estamos trabajando en la Comisión. Por tal razón, renovamos su revista “La 4 + Uno” y la web donde hemos decidido publicar los textos fundacionales de Carteles de nuestra Escuela. Las próximas jornadas tendrán ese tinte, estamos en eso… Me parece que nos debemos una nueva reflexión sobre el lugar del cartel en la formación analítica y como puerta de entrada a la Escuela.
Celebro y agradezco transitar este momento épico en el Campo freudiano.
Un saludo cordial, Gerardo Battista
Diana Wolodarsky, Carta
Cher JAM, le hago llegar estas líneas con el espíritu sean un aporte de mi perspectiva al excelente espacio al que ha dado lugar.
Le envío a esta dirección de email, ya que no estoy segura esté vigente la de lacanian.
Un abrazo, Diana Wolodarsky
Gabriela Laura Basz, Carta
Querido Jaques-Alain: Estoy en la Escuela desde joven (veintipico) y las veces que usted escuchó mis presentaciones las comentó con mucho interés, lo que para mí ha sido de un enorme valor. No siempre se escucha a los jóvenes con atención y respeto, aunque creo que usted si lo hace. La pregunta por el lugar de los jóvenes (sí, me refiero a la edad, no confundamos todo), y la preocupación por facilitarles el ingreso a la Escuela, fue central para mi cuando participé de la Secretaría de Admisión. Creo que llegó el tiempo de hablar y de escuchar. En los espacios de trasmisión del psicoanálisis (Universidad, Icdeba, IOM) percibo el interés y el entusiasmo de los estudiantes. A veces también me percato de cierta tensión al tratar algunos temas (« Dócil a lo trans »). No son pocos los que esperan que afloren nuestros prejuicios y, a veces, se los puede descolocar de la buena manera, en mi caso con el espíritu freudiano-spinoziano que me habita.
Un abrazo, Gabriela Basz
Andrés Rosental, Smells like teen spirit
Estimado Jacques-Alain,
Le escribo movilizado y alegre por el debate abierto, no deja de tocar las fibras íntimas no solo de mí paso por algunas instituciones de la orientación sino además de mí relación con el psicoanálisis.
Le escribo desde Paraná la cual es la capital de la provincia de Entre Ríos en la Mesopotamia argentina. El Litoral.
Aquí formé parte de un grupo de jóvenes que hace algunos años participamos en la refundación del IOM… Ahora IOM2. Esta experiencia me permitió conocer desde otro lugar el psicoanálisis de la orientación lacaniana. De este paso cuando estudiamos el seminario 6 hicimos un teatro leído de Hamlet, actúe de Hamlet, del cual me valió el mote de « Andi de Dinamarca ». Otro año estudiando el seminario 10 en el taller de lectura éramos 3 o 4, tras lo cual nos nombramos como « Los mosqueteros » (y aún nos seguimos llamando así). Organizamos las jornadas regionales, convocamos a 400 personas que vinieron a escuchar psicoanálisis en esta pequeña ciudad. Aunque hoy me encuentro alejado del IOM esas marcas quedan en mí.
Mí lazo con la Escuela actualmente está en relación a otro nombre, el de Icdeber, cómo Betty Nagorni nos supo llamar a una camada de participantes del ICdeBA y como décimos « una vez Icdeber, siempre Icdeber ». El año pasado, en un momento de vacilación respecto a mí lugar mí analista tuvo el atino de indicarme con esta frase: « El cartel » algo que me conmovió. Participé de un cartel fulgurante en relación a trauma y sueño que me llevo a participar de una actividad de la sección La Plata de la EOL (SIENDO DE PARANÁ) y actualmente participo de un Cartel en relación a Fantasma y Síntoma que me tiene muy enganchado.
Más allá de lo anecdótico de esto, en lo personal y a sabiendas de la dificultad para ser Miembro de la Escuela, el Cartel me ha servido para sostener ese lazo y si la analista tuvo el atino de señalarlo, no menos el más uno quien en la primera reunión ubicó nuestra desición y lo que ello conlleva siendo que podríamos haber elegido cualquier otro dispositivo, pero nosotros queríamos un cartel.
Entré al psicoanálisis porque hubo un momento de mí lugar en el mundo como judío que se volvió complicada. Por casualidad llegó a mí el texto de Freud sobre Moisés y fantaseaba con cómo habrían sido las cenas de Pesaj en la casa de los Freud, me las imaginaba cómo las de mí familia y eso me permitió inventarme una relación. Muchos años después, en un momento en que tambaleaba mí lazo a la Escuela el Cartel vino a ese mismo lugar que esa fantasía de mí juventud.
Por último… Leí que propuso 35 años para la juventud. A favor le diré que tengo 38 años de vida, pero prefiero el chiste que me hacen algunos amigos que dicen que soy un Benjamín Button porque hace muchos años cuando me conocieron tenía 38, hoy dicen que tengo veinti pico.
Lo saludo cordialmente, Andrés Rosental.
Carolina Vacani, Mensaje a JAM
Estimado JAM
Me llamo Carolina Vacani, tengo 42 años y realizo mi práctica en un Hospital Público de la Ciudad de Bs. As., donde tuve mi primer acercamiento a la clínica mientras finalizaba mi formación de grado. Mi encuentro con la Escuela vino de la mano de la participación en una Jornada Anual de la EOL, en donde escucharía cautivada sin saberlo, a quien hoy es mi analista. Salí de allí con un tríptico en la mano, que me llevaría a las aulas del ICdeBA tres meses después. El siguiente paso llegó con la Maestría, donde se puso en acto mi deseo, ya que implicó dejar un trabajo que me llevaría a ser hoy analista practicante de PAUSA. Allí encontré un lugar, en donde además de seguir formándome, me habilitó a tomar la palabra para transmitir y poner al trabajo mi clínica e ideas. A pesar de no creer posible en lo inmediato ser miembro de la EOL, el deseo de serlo en el horizonte, me permitió en medio de una pandemia, poner el cuerpo en una Institución para oír y leer a aquellos que no tienen voz, como así también, a ser parte del equipo docente del Posgrado del Hospital, donde conversan distintos discursos, y sentir una gran emoción en el pecho cuando logro « pasar » algo de nuestro discurso allí. Hoy simplemente quiero decirle gracias, por hacerme sentir que ese « pasar » vale la pena, y que no es solo para Otros ser parte de la Escuela y sobre todo agradecerle, que mi deseo habite hoy, un cuerpo más vivo que nunca.
Lo saludo atte., con todo mi respeto y admiración, emocionada por lo que sello en mí, en este preciso momento.
Carolina Vacani
Dolores Amden, Carta
Estimado Jacques-Alain:
El domingo 2 de Mayo, el Zoom fue una fiesta. Y no quiero dejar de transmitirle mi agradecimiento por ese carnaval orientado que usted propone a propósito de la publicación de los papales de Lacan, la perspectiva de la docilidad a lo trans, y especialmente la pregunta por los jóvenes, que creo, pone el foco en un tema álgido, por lo menos en mi país.
En febrero de 2020 ingresé a la EOL como miembro. Una “joven” miembro plus 35, diez años más que la juventud lacaniana propuesta. Entrar a la Escuela implica un trabajo arduo. En ese camino, envejecemos. Eso alarga todo, incluso los análisis.
Mi interés por el psicoanálisis de orientación lacaniana nació más de 20 años antes del ingreso a la Escuela, cuando cursaba psicopatología en la Universidad de Buenos Aires, a través de mis docentes, todos miembros de la EOL. Eran ellos los que traían las ideas vivas, punzantes. Luego vinieron la indeleble experiencia del ICdeBA, el desafío de PAUSA, la maestría, los carteles, el trabajo en las publicaciones, los ENAPOL que siempre fueron un refugio para los no miembros. Es el largo recorrido que muchos en la Argentina hacemos. El deseo de Escuela va prendiendo, y sin dudas en el análisis se ajusta el decir y se esclarece. Pero en ese devenir, el “no a la entrada” en el primer pedido es casi un destino ineludible. Envejecemos al ritmo de ese “no”, que en muchos casos se repite más de una vez, a riesgo de enrarecer las transferencias y quitarles su vigor.
Me alegra y me alivia su interés por los jóvenes ya que en la Argentina aún son muchos los que se interesan por el psicoanálisis. Desde la Universidad hacemos un trabajo muy cuidado por transmitir la potencia de la obra de Freud y Lacan. A esas transferencias que logramos generar desde allí hay que protegerlas del malestar que palpita al momento de dirigirse a la Escuela para formar parte de ella. La Escuela que quiero, la EOL, es aquella que logre deshacerse del factor segregativo que hoy la rodea y la trasciende. Anhelo que su interés por la “juventud lacaniana” anime la búsqueda de una solución a ese asunto, alguna invención que responda al pesar de muchos colegas comprometidos con la causa que fueron envejeciendo sin encontrar el “sí” de la Escuela.
Celebro su docilidad al Zoom, ese entusiasmo significó un ejemplo en acto de la apertura a lo nuevo que como analistas debemos cuidar. Su alegría contagiosa hace falta.
Le envío mis más afectuosos saludos y mi total agradecimiento.
Dolores Amden
Roxana Vega Alonso, un grano de arena.
Estimado Jacques-Alain Miller:
Ayer, 7 de mayo, cumplí 38. ¿Joven?, me pregunto. Sí, me contesto. Siento aún la juventud y al mismo tiempo la alegría de ser contemporánea a lo que está ocurriendo en esta gran ola que usted ha provocado. Es también usted el que nos invita a surfearla. ¡Qué emocionante haberlo escuchado el domingo pasado! Ha despertado un sinfín de efectos…
Es así que le escribo como una trabajadora decidida por la causa analítica. Vivo en lo que se llama aquí el « interior » del país. La Pampa, es una provincia de Argentina que está en el centro del país, pero que queda un poco « periférica » en el gran mapa lacaniano (aunque sabemos que no-todo acontece en Buenos Aires).
Contrariamente al aparente desierto, La Pampa, en la mirada del poeta*, es un viejo mar. Hoy, es tierra de jóvenes analistas que nos formamos no sólo en Buenos Aires. En mi caso, me gradué en la Facultad de Psicología de la UNC -donde recibió mi analista el Doctor Honoris Causa en 2019-, me diplomé en ICdeBA y actualmente curso el 2º año de la Maestría en la UNSAM, inaugurando en 2020 junto a maravillosos colegas, la cohorte que denominamos “Pandemials”. Una experiencia donde se puso a prueba el deseo y se relanzó este año, continuando totalmente vía zoom.
Le escribo, estimado JAM, como una trabajadora decidida pero también por el deseo que ha provocado su apuesta. Quisiera aportar mi grano de arena, sostenida en la causa y en lo que ello provoca. Considero que usted ha lanzado la apuesta y estamos allí para recoger el guante. Mi francés no sé si es el mejor, pero es una lengua que estudio hace muchos años. Le confieso que recién el año pasado me animé a rendir el examen internacional B1. Verifiqué así, una vez más, que se trataba de animarme, como ahora. Es así que quiero hacerle llegar mi deseo de sumarme al trabajo por venir y mi disposición para la traducción y los trabajos que considere.
Un cariño desde la tierra de caldenes.
Roxana Vega Alonso. (Responsable local del IOM2 – Delegación La Pampa)
*Juan Ricardo
Eugenia Molina, Carta
Estimado Jacques Alain Miller:
Luego de la emoción que me produjo su presencia, esta vez en la pantalla, me animo a escribirle para aportar mi contribución al debate #jóvenes.
Ingresé a la EOL y a la AMP en 2006, tenía 36 años, era joven, la puerta no estaba abierta de par en par, fue difícil. Pasaron 15 años, y siempre he estado comprometida e interesada en lo joven de la Escuela y por esa misma razón en los jóvenes que están próximos, los que quieren entrar y los que acompañan desde los alrededores.
En este momento, soy la directora de la Sección Córdoba de la EOL, y quiero transmitirle, que desde el inicio de mi gestión – hace ya un año y medio- recibo con frecuencia mails y llamados telefónicos de jóvenes que quieren sumarse al trabajo de Escuela, colaborar, no de una manera inopinada, sino comprometidos en una causa, la de la Orientación Lacaniana. Jóvenes que son docentes en la Universidad Nacional de Córdoba, que trabajan en los Hospitales, que se forman en el Instituto CIEC desde hace años, que se cartelizan desde hace mucho tiempo, que hacen la Maestría (MatPsil) de la Facultad de Psicología de la UNC. Jóvenes comprometidos con el psicoanálisis y que quieren hacerlo escuchar en distintos lugares de la ciudad.
También formo parte de la Comisión de Admisión de la Sección Córdoba, ya que contamos con una Comisión de Admisión propia, que por supuesto dialectiza con el Consejo Estatutario de la EOL los pedidos de ingreso. Pero en nuestra comunidad – la cordobesa-, recibimos muchos pedidos de jóvenes; y debo confesar mi sabor amargo cada año, cuando son tan pocos los que ingresan a la AMP.
Sé muy bien que la Escuela no es para todos, pero creo que hay varios que podrían estar del lado de adentro de la puerta.
Escuchamos como argumento: el equilibrio, el número, la edad… pero: y la posición analizante? Y el trayecto analítico? Y la demostración de su práctica y control? Y la posibilidad de colocar lo sin igual de cada uno en la Escuela?
Aprendí con usted, una palabra que atesoro, y sin la cual no me imagino la formación del analista: singularidad. A ella me refiero cada vez, no me la puedo sacar de la cabeza, ni del cuerpo. Y deseo profundamente una Escuela que haga lugar a esas singularidades que muchos pueden traer, para aportar nuevos aires, para renovar las preguntas, para que los que ya no somos tan jóvenes – aunque nos la creamos un poco- no nos anquilosemos.
Pienso en los jóvenes – a partir de lo que plantaba el doctor Lacan en Situación del psicoanálisis y formación del analista– como aquellos que pueden « aportar la inverecundia del hurón o el descaro monstruoso del niño, para quien el rey está desnudo », abriendo así la posibilidad a nuevas conversaciones.
Creo que son tiempos para contar con quienes quieren y están dispuestos a propagar la peste, tal vez no- todos miembros de la AMP, pero contemos con ellos.
Le agradezco inmensamente la apertura de este debate, lo estábamos esperando!!
Lo saludo con respeto y afecto. Eugenia Molina
Pilar del Carmen Santoyo Pereda, Desde México
Querido Jacques-Alain Miller,
Por fortuna pertenezco al conjunto de los jóvenes (pero no por mucho, según el criterio que ha establecido de los 35), no lo veía así hasta hace unos días. Aquel domingo, tuve la fortuna de verlo y escucharlo por primera vez en vivo y en directo, muy a mi pesar ha sido por Zoom, pero no habría sido posible de otra manera y lo agradezco, ese acontecimiento, aún a través de la pantalla, dejó una marca que ha ido tomando fuerza con el actual debate sobre “los jóvenes”, especialmente la contundente carta de Gabi Grinbaum me ha conmovido profundamente al punto del desconcierto, por mucho tiempo asumí que para pertenecer a la Escuela había que hacerse viejo, hacer un recorrido de muchos años y aún así eso no te daba ninguna garantía, mi suerte ya estaba echada, era como aceptar de manera pasiva mi destino, ¿por qué?, bueno, ahora me lo pregunto.
Por supuesto no estoy sola, desde mi bello Culiacán, Sinaloa, México, hace varios años formo parte de la Cátedra Freudiana y Lacaniana Sinaloense, un espacio ocupado principalmente por jóvenes que promueve el psicoanálisis de la orientación lacaniana en la ciudad desde diferentes trincheras. Lo virtual nos ha permitido tener más cercanía a la Nel-México, también hemos podido participar en actividades de otras escuelas como la EOL y la ELP ¡ha sido magnífico!, hemos sido alojados, sin embargo, pesa esa sensación de siempre ser extraterritoriales.
Entiendo que el problema que se plantea no tiene que ver con un desprecio a lo viejo (no leeríamos a Freud y a Lacan si así fuera), tampoco que los jóvenes entremos como desbandada a la Escuela, considero que el recorrido es necesario, como alguien muy querida me decía “en la formación hay que sudar”, creo más bien, que la cuestión está en no dejar que la escuela deje de ser agalmática para los jóvenes, y es verdad que ahora no quisiera que se me fuera esa juventud para ser parte de ella.
Afectuosamente.Pilar Santoyo.
Solana Gonzalez, Llegar tarde a la juventud lacaniana
Estimado Jacques- Alain Miller
Llego tarde a la juventud lacaniana. Cronológicamente mis cuarenta y cinco años parecen indicarlo. Quizás por eso me interesé en otra versión del tiempo ¿en qué momento se produjo una sustitución de “dócil a lo trans” por “dócil a los jóvenes”? No estoy segura que sea rigurosamente una sustitución, lo cierto es que “dócil a los jóvenes” copó el debate. Escuché su conversación del domingo. Quisiera agradecerle su arte para extraer los axiomas que nos orientan de la buena manera a la hora de “leer el discurso preponderante en el mundo”. Esa frase de Sutilezas analíticas me gusta mucho, porque habla del caballo de troya en relación a lo que entra en la ciudad analítica. Vuelvo a la pregunta ¿por qué dócil a lo trans se sustituyó en un debate sobre dócil a los jóvenes? Hay que reconocer que dócil tiene plasticidad. Sin embargo, si una hipótesis más freudiana leyera esa sustitución podría decir en términos de defensa: se evitó “dócil a la conversación “. Es cierto que una conversación permite situar, en la plasticidad del significante dócil, lo real y en esa línea leer que “no tener buenas intenciones” es una orientación. Traigo ahora una anécdota joven. En la escuela de música a la que asiste mi hijo adolescente las jóvenes llamaron a una asamblea para repudiar a un empresario que justificó el contratar pocas mujeres músicas para su festival. Cuando los jóvenes quisieron votar a favor de la moción y tomar la palabra les dijeron que No, que ellos históricamente siempre la habían tomado. Con eso las jóvenes denunciaban también la injusticia distributiva. Entiendo que en el debate que se abrió se trata de que jóvenes, en calidad de tales, tomen la palabra y hablen sobre la no admisión a la escuela, vuelvo a Sutilezas “no salimos hacemos entrar”. Me eximo de ese debate llegué tarde a la edad corte de 35 años por lo cual no entro en el universal joven. Por otra parte, podría hacerlo y tomar la palabra, porque si entraría en el universal “los que no entraron a la escuela”. Sin embargo, no lo prefiero. No creo que esa conversación pueda brujulearse a partir de “dócil a los jóvenes” que me parece más bien un caballo de troya. Me gustaría más que, como usted dice en El aparato de psicoanalizar, la brújula no sea el real infantil y mudo de Searle sino el que habla y se sitúa en relación al síntoma. Una conversación no incauta de la paradoja de los psicoanalistas que no se reconocen en el mundo que han contribuido a dar a luz. Al final del texto me doy cuenta que esta última frase de El lugar y el Lazo, junto a las de Sutilezas analíticas y la de El aparato de psicoanalizar son una buena brújula para responder a mi pregunta.
Lo saludo afectuosamente
Solana González Basso, Buenos Aires
Miguel De la Rosa Garci, Un asunto de jóvenes: La Escuela
Apreciado Jacques-Alain Miller, un gusto saludarte.
Te escribe Miguel De la Rosa de Ecuador, asociado a la NEL Guayaquil desde hace un lustro, analizante desde hace una década.
El domingo 2 fue la primera vez que pude escucharte. Generaste olas en mí y muchos jóvenes. Lo tomo como una invitación para no ceder ante mi deseo por el psicoanálisis y la vida de Escuela. Por ello me atrevo a escribirte.
Hay tantos jóvenes interesados en la Escuela. Trabajo como docente y escucho en la universidad quienes preguntan por la Escuela y sus actividades. ¡Quieren y queremos ser parte de ella¡ ¡Cada cual a su modo! Hay que pensar que oferta la Escuela a los jóvenes y no contentarse tan rápido.
A diferencia de otras Escuelas, la NEL cuenta con asociados. El rol de los asociados es siempre difuso. El limbo. Una escalinata hacia la membresía. No debe pero se piensa así. Luego de presentarse a homologación recibir un no silencioso no es sencillo, pero un sujeto decidido no deja de trabajar. Conclusión mía.
Creo que habemos asociados que queremos estar siempre activos: organizando actividades, estudiando, preparando escritos… es importante la transferencia que generamos, ¡porque enseña que en la Escuela no hay que estar tan cómodos!
Te quería compartir esto que pienso y que me mueve… ¡con sus olas al trabajo!
Con afecto, Miguel.
Rosana Aldonate, Carta a JAM
Estimado Jacques-Alain Miller:
Esta apertura a conversar sobre el ingreso a la EOL de los jóvenes, me convocó a escribirle para hablar de la admisión y de los jóvenes por separado. Considero que el ingreso a la EOL no es un problema circunscripto solamente a los “jóvenes de edad”, sino que es una cuestión más vasta. Además del Icdeba y la Maestría, de las que se viene hablando en las distintas cartas, está el IOM2, presente a lo largo y ancho de esta amplia Argentina, culpable de geografía y “extensa hasta el hartazgo” según un pensador argentino.
Ingresé al CID-Tucumán en 2007. En 2012 asumí como responsable de la gestión operativa del CID-Tucumán en el pasaje de IOM a IOM2, momento crítico para los distintos CID del noroeste argentino. Estuve seis años a cargo de la gestión. Una de las primeras iniciativas fue la creación de la revista “Avatares”, como un apoyo para el rearmado del CID que estaba maltrecho, la revista fue un inventarle formas para poner a funcionar la transferencia de trabajo. Sigue pasando aún, acaba de salir el número 7, por Grama.
Sobre los Jóvenes:
Teniendo en cuenta a los jóvenes psicólogos y psiquiatras, se tendieron puentes con los servicios de atención psicológica de las distintas instituciones hospitalarias, residencias, etc., y se realizaron presentaciones clínicas conjuntas, con el objetivo de acercarlos a la formación de la Orientación Lacaniana impartida desde el CID-Tucumán del IOM2.
Apuntando a los estudiantes y jóvenes graduados se realizaron cursos breves, como un formato que los atrajera y alojara. Luego se pasó a la modalidad de los “módulos de investigación” que es la que continúa vigente, como satélites del “Seminario Clínico Anual” que es la columna vertebral del IOM2. Están también el Taller de Casos, Publicación y el Espacio de Biblioteca. Conformación que pareciera ser la que conviene a la realidad psicoanalítica tucumana que cuenta con múltiples y fragmentadas propuestas y ofertas de otras tantas instituciones ajenas a la Orientación Lacaniana.
Actualmente el CID-Tucumán continúa creciendo en el ingreso de jóvenes.
Admisión:
Jóvenes, menos jóvenes y no tan jóvenes somos docentes locales en el “Seminario Clínico Anual” del CID-Tucumán, junto a otros docentes de la EOL. De entre los integrantes y docentes locales tan sólo dos personas ingresaron a la EOL en todos estos años, que son 21 años desde la fundación del IOM.
Para despedirme y agradecerle esta vía de comunicación le digo que la virtualidad, al zanjar la realidad geográfica, multiplicó los espacios de participación y formación de la Orientación Lacaniana y también poder acercar analistas de la EOL y AMP al público tucumano, vía zoom.
Haberlo podido escuchar a usted el domingo 01/05, junto a personas, colegas y amigos de gran parte del mundo, hablarnos, entre otras cosas, de docilidad a los jóvenes, fue también gracias al zoom. Y ahí acordamos con usted JAM, que nos encanta el zoom.
Rosana Aldonate, Responsable del Espacio de Biblioteca del CID-Tucumán del IOM2
Mauricio Tarrab, BIENVENIDO EL VÉRTIGO DE SU BLOG !!
Querido Jacques-Alain: le envío el texto que preparé para la Conversación en la EOL del próximo 13/5. Seguramente Tudanca se la habrá enviado con las otras intervenciones.
Hago allí referencia a estos intercambios vertiginosos con los jóvenes que ud. ha propiciado y que tanto extrañábamos! Claro que no solo son jóvenes los que esperan .
Recordé hoy un párrafo del discurso de asunción de uno de los últimos presidentes de la IPA, que hace varios años advertía a su Asociación que estaban en una situación tal con los “candidatos » , que tendrían que pasar la posta a colegas que entraban teniendo ya más de 55 años. Es decir que no tenían jóvenes a su alrededor que quisieran estar allí. ¡¡Los habían espantado!!!
Un abrazo, Mauricio
Lucia Marquina, « Dócil a lo joven », LCA
Estimado Jacques Alain,
He seguido atentamente los intercambios epistolares recientemente publicados. Me parece de una riqueza enorme que se pongan a discutir temas de actualidad y de interés para aquellos que nos sentimos incluidos, aún sin ser miembros, en la Escuela de la Orientación Lacaniana.
Debo decirle que mi recorrido es bastante heterogéneo. Desde mi trabajo en un Centro de Salud de la Ciudad Porteña hasta la Universidad Pública de Buenos Aires. Allí corroboro que el psicoanálisis sigue siendo de interés y, sobre todo, la posición que mantiene de diálogo con la época. Esto no quiere decir que, en esa institución, no haya habido algunos embates desde otros discursos que se presentan afín a los conceptos actuales como el de género, lo trans, el feminismo. Considero de una importancia política y ética que nuestra comunidad converse, opine y ponga a prueba los conceptos que sirven de brújula a nuestra práctica clínica cotidiana. Como usted mismo dice, como analistas tenemos que « realizar salidas al exterior aunque sin dejar entrar; la diferencia es radical pero ínfima ». En esta misma línea, pienso las próximas jornadas de la EOL: « Lo femenino fuera de género ». Desafío y entusiasmo.
Dicho esto, le cuento que fui invitada a escribir por primera vez en una revista, como participante del ICdeBA. No cualquier revista, sino LCA. Una revista conformada por jóvenes en su interlocución con la ciudad. Es una revista muy peculiar, que conversa con otras disciplinas, abierta a escuchar lo que pueden trasmitirnos. Ya que, como constataba Lacan, « saben sin nosotros, lo que nosotros enseñamos ». Las repercusiones de dicha escritura produjeron sus marcas: en mí, en otros, en el intercambio con analistas de otras Escuelas, entre ellas la NEL donde fui invitada por Daniela Fernández a presentar y construir el caso clínico de mi práctica publicado en LCA 3. Desde entonces, me sumergí en la investigación, el diálogo, la transferencia de trabajo con otros colegas donde descubro el entusiasmo constante por la transmisión y el deseo causado por el psicoanálisis.
El domingo pasado lo he escuchado por primera vez. Su conversación y sus palabras tuvieron tal efecto que ese día chats y redes sociales se encontraron más activos que nunca, vivificando nuestros cuerpos. Bienvenido sea!
Un abrazo a la distancia, Lucia Marquina
Carlos Alberto Jurado, Zadig
Estimado Jacques-Alain Miller, el domingo pasado tuve la inmensa alegría de escucharlo en la presentación del libro Polémica Política, fueron muchas las ideas que allí circularon y se las agradezco a Usted y a los colegas de España.
El motivo de esta carta es una inquietud que me habita desde ese día respecto de Zadig, lo escuche decir que en Paris Zadig dio paso a otra cosa. Sin embargo, aquí en Argentina la suerte de Zadig es otra. En 2018 con la presencia de Eric Laurent se realizó el primer Foro con variados temas. Entre ellos la ley de aborto y Lacan y las mujeres, esa vez contamos con Eric Laurent. Un segundo foro sobre “La opinión, dar lugar a la palabra del otro” esta vez nos acompañó Briole y un tercer foro sobre foro “Feminismos incidencia en la época” todas estas actividades con unos 500 asistentes, existe también la revista virtual La libertad de la pluma que dirige Aníbal Leserre.
Pertenezco al subnudo “Cuerpo vivo versus Populismo”, el responsable es Lito Matusevich, trabajamos sobre el texto de Laclau entre otros para pensar el problema de los populismos. Considero que el problema del peronismo está instalado en el corazón de la EOL hace ya tiempo. Discutiendo su texto Dócil a lo Trans con un colega el me decía que llego hasta el punto que dice para un peronista no hay nada mejor que otro peronista, él bajo la bandera del psicoanálisis y levanto la del peronismo, y nos es el único que piensa así, no veo cómo tratar ese problema desde el interior mismo de la Escuela, sus instancias burocráticas y el funcionamiento jerárquico mas que tratar el problema lo oculta. Pienso que Zadig tiene una chance de interpretar algo de ese síntoma, me orientó para sostenerme en esto con su texto Punto de capitón, más precisamente la discusión en donde leo que en las Escuelas habitan las jerarquías y la burocracia, tenemos ahí la verticalidad y Zadig sería la horizontalidad, la opinión de cada uno. Considero que es desde la horizontalidad que se podría tocar algo de las identificaciones que comandan en la Eol, Zadig sigue siendo una apuesta para mí.
Lo saludo muy calurosamente.
Carlos Jurado.Miembro de la Eol, sección La Plata
Psicólogo Juan Bitar, Respuesta a su carta a los jóvenes
Estimado Jacques-Alain Miller.
Me presento, soy Juan Pablo Bitar, asociado de la Nel de la ciudad de Guayaquil, primero antes que todo, quiero agradecerle por lo conversado el domingo 02 de mayo, es la primera vez que lo escucho, y debo de decirle mi asombro de cómo sus palabras resonaron con mi deseo de trabajo en la escuela.
Tengo relación con la Nel, desde el 2006, año en el que empiezo mi análisis, esto porque muchos de mis profesores de la Universidad, eran miembros de la escuela. Como acorde a mi imaginario era de esperarse, al año y medio de iniciado mi análisis, me gradúo como Psicólogo y me asocio, porque según mi propia ignorancia, para ser analista había que sumarse a la escuela de analistas y claro está que hubo una buena desilusión que desinfló mi deseo, un deseo en aquella época, no tan claro, no tan decidido, lo justifico tal vez no por mi juventud de aquella época, sino por la poca seriedad con la que tomaba mi vida. Dejo de asistir a la escuela, y pierdo mi calidad de asociado.
Luego de algunos años, empiezo a vincularme con la escuela, desde un deseo de trabajo más decidido, pido nuevamente ser asociado, paso por las entrevistas respectivas, y ya estando dentro de la misma, me encuentro con muchas caras jóvenes puedo decir, en aquel momento la gran mayoría desconocidas, todas con muchas interrogantes, una de estas, congeniaba con mi propia interrogante, ¿la política del psicoanálisis, a que responde? y ¿a qué responde el ser un analista?
Luego de llevarlo a mi análisis, con mi analista de esa época, propongo a los miembros y asociados la idea de formar un grupo de estudios de diversos textos políticos, tema que devino en un cartel, cartel que no es de cuatro más uno, sino algo ampliado: Nuestro más uno es un miembro joven de otra sede de la Nel, y los que conformamos el cartel somos un miembro de nuestra sede (el más joven de todos) y cuatro asociados de diversas edades (la más joven no llega a los 25 años y los demás somos por menos de los 50 años). Y desde el momento en que lo conformamos, mi interrogante constante data sobre la ética del psicoanálisis, como posible accionar sobre el malestar en la cultura.
A parte de esto, pertenezco a un Observatorio, el de Género, Biopolítica y Transexualidad de la FAPOL, y localmente con un grupo de jóvenes (yo soy el menos joven), conformamos un Grupo que lo denominamos interdisciplinario sobre la misma temática Género, Biopolítica y Transexualidad. En este grupo, no sólo tenemos la gran mayoría relación con el psicoanálisis, sino que también pensamos en que son temas que hay que tratarlos con mucha seriedad y darles un lugar en el seno de nuestra escuela, temas que espero que luego de su texto Docile au Trans, tenga más apertura en la misma.
Dócil a los jóvenes ha dicho Usted en su presentación de su libro y particularmente lo aplaudo, porque en algún momento nosotros, no seremos tan jóvenes tal vez de cuerpo y otros de mente y considero, como creo que pasa muy a menudo, que dejaremos de lado el deseo de interrogar la cultura su malestar “actual”. Creo que los jóvenes, siempre tienen de primera mano lo que está sucediendo y que nos llega algo tarde a los consultorios, debemos, para estar “a la altura de la época”, (promesa que incumplo al mencionarlo en mi pequeña carta), poder seguir escuchando a los jóvenes.
Muchas gracias una vez más por ese fresco deseo de trabajar y espero atentamente poder en algún momento tener la oportunidad de volverlo a escuchar en vivo.
Saludos. Juan Pablo Bitar Cabezas
Natalí Boghossian, Carta
Estimado JAM
Me llamo Natali, hoy tengo 37 años y estoy viviendo hace un año y medio en Barcelona. Pero soy de Buenos Aires y mi formación la hice allí, en la EOL.
Mi amor por el psicoanálisis comenzó desde que ingrese a la facultad cursando psicoanálisis Freud, (eso me llevo a comenzar mi primer análisis), luego elegí escuela francesa.
Lo que efectivamente fue un hito inicial en mi vida fue cursar psicopatología. Mis 3 docentes eran miembros de la EOL.
Ese fin de año del 2007 con 22 años fue mi primera asistencia a las Jornadas anuales. Al año siguiente lo fui a ver a su presentación y comencé grupos de estudio por fuera de la Facultad.
Al año siguiente de recibirme comencé el ICDEBA , grupos de control, comencé a participar en seminarios diurnos y en carteles. Viajamos con dos amigas al Enapol de Río en 2011.
2012 finalice el ICDEBA, presente ensayos, hice pasantía en Pausa, participe de Jornada de carteles y luego ese trabajo fue seleccionado para las Jornadas anuales. También comencé mi segundo análisis.
En el 2013 Comencé la maestría en Unsam, presente trabajo en el Enapol y ese mismo año sentí que era el momento de pedir la entrada por primera vez, ya que sabía que con 29 años sería difícil ingresar.
En 2014, viaje al Congreso en Paris y controlé un caso con un analista de allí.
Al finalizar la maestría participaba de 7 carteles, 2 grupos de estudio, control y discusión clínica. También rendí examen para ingresar como docente en psicopatología.
Ese año al volver de Paris volví a pedir la entrada. (Recuerdo que no tuve la segunda tanda de entrevistas).
En los siguientes años mi participación en la escuela seguía activa: noches de escuela, Enapol Sao Paulo, Jornada de carteles, volví a presentar trabajo en jornadas anuales. Viaje al Congreso de Río y al de Barcelona.
Hice mi tercer intento de pedido a mis 32 años y allí me detuve: “la tercera es la vencida” fue mi modo, al cual considero de ética, de poner un punto.
La participación en la EOL fue por mucho tiempo vital para mi, era parte de mi vida. Efectivamente había un lazo a ella, al psicoanálisis, a la discusión, a la ironía, al silencio, al corte, al Witz… y tambien, por momentos, a la angustia. A los grandes transmisores (que tanto agradezco!!!), a los colegas, a la causa, y fundamentalmente a las amistades, esas con las que compartimos la misma lengua.
Cariños. Natali
Marcos Fina, Jornadas ELP – Identidades
Estimado Jaques Alain
Estoy viendo la presentación del libro polémica política y me parece interesante lo que se está diciendo de la cuestión « trans ».
En noviembre de 2017 presente un caso en las jornadas de la ELP sobre un sujeto trans.
Durante el análisis este sujeto hizo un « tránsito » de varón a mujer.
Justo en el momento de comenzar un tratamiento hormonal aparece un obstáculo: Un sentimiento muy profundo que la paciente denomina « siento mujer » que le provoca gran perplejidad. Este significante nombra el caso y da titulo a mi trabajo.
Encuentro que el texto que le envío articula muy bien con esta conversación.
Un cordial abrazo
Marcos Fina. Psicoanalista en Buenos Aires
Yo soy… Todos somos…
El psicoanálisis frente a las nuevas identidades
“Siento mujer”
(de María a Carlos)
Introducción
El caso clínico cuenta la decisión subjetiva de quien habiendo nacido con un cuerpo de mujer adquiere la certeza de ser varón. Este proceso comienza en la niñez con la imposibilidad de identificarse con otras niñas de su edad.
Más adelante, en la adolescencia, se preguntará por sus elecciones sexuales para luego arribar a la certeza que es un varón en un cuerpo de mujer. Este cambio va tomando forma en el transcurso del tratamiento y sus interrupciones.
Lo que me interesa del caso es destacar la imposibilidad de la asunción de una identidad. Podríamos decir que la identificación, cuando es posible, se produce justamente para velar esta imposibilidad y para eso construye la ficción de la semejanza. Pero cuando por razones de estructura esta identificación no se produce, aparece el cuerpo real sin una posibilidad de tramitación por lo simbólico.
En este caso, a pesar de los intentos de transformación, lo real del cuerpo insiste en no dejarse incluir en el campo del Otro llevando al sujeto a un estado de perplejidad y padecimiento que retorna cada vez sin solución.
Estas transformaciones incluyen el cambio de su nombre. El sujeto comienza el análisis con un nombre, Maria y sale del tratamiento con otro, Carlos
El caso
Maria de 23 añoses derivada por su psicóloga que no puede soportar el « enamoramiento » de la paciente. Cuando le confiesa que se había masturbado pensando en ella se produce la derivación.
En las primeras entrevistas sólo se refiere su terapeuta, a lo hermosa que es, a cómo se viste, etc. Habla poco, a mis preguntas responde casi siempre con un “no sé”. Cuenta algo de su infancia: Es hija única y vive con su madre. Su padre, nunca vivió con ella pero la visitaba una vez por mes, se quedaba a cenar y luego se iba « sin decir palabra”.
Pasósu infancia jugando con su primo a juegos de varones: fútbol, patineta y otros. Nunca le interesaron los juegos de niña.
Cierta vez su padre la ve jugando a la pelota en la calle y sienteuna gran vergüenza. Luego, en la adolescencia, María se propuso vestirse femenina para esperarlo. Quería hacerle creer que era una mujer como las demás.“Tenía miedo que me deje de querer”dice.
En la primer etapa del tratamiento María todavía no ha adquirido la certeza de ser varón, pero se pregunta por su orientación sexual, en ese momento le gustan más las mujeres que los hombres.
Durante el tratamiento empieza a salir con un compañero de la facultad con el que tiene su primera relación sexual. Luego de ese encuentro el muchacho no la vuelve a ver, no le atiende el teléfono ni le responde los mensajes. María no se anima a hablarle cuando lo ve en clase.
En ese tiempo concurre las sesiones sumida en una profunda tristeza. Dice que no se lo puede sacar de la cabeza y que ya nada la motiva. Repite una y otra vez que no quiere vivir más. En ese momento pierde el trabajo y no está de ánimo para buscar otro.
Luego de un tiempo me dice que decidió volver con su psicóloga anteriorya que conmigo no logra salir de la depresión.
Al añome manda un mensaje para pedirme una entrevista. Al llegar al consultorio me encuentro en la sala de espera a un muchacho, se trataba de María.
Entra sonriendoy me hace bromas cuando advierte que no lo he reconocido.
Me cuenta que decidió terminar con la psicóloga anterior porque, al Igual que su padre, quería que se vistiese como una mujer.
Se encuentra bien y no sienteesa tristeza. Trabaja de cajera en un supermercado. Hace unos meses está de novio con Flor, una chica de 19 años de la cual está muy enamorado.
Está muy conforme con su cambio, pero necesita superar una permanente sensación de vergüenzay una insistente pregunta sobre si su decisión es correcta.
Su padre que no la acepta con sus cambios hace casi un año que no la ve, ni siquiera le responde los mensajes.
Vive con temor a no poder explicar su transformación. Teme ir a un local de ropa de hombres y que se den cuenta.
Se comienza a nombrar « chico trans » le aporto un nuevo sentido a « trans ». Le señaló que seencuentra “en tránsito”de un lugar a otro. Esta intervención produce calma en un momento que sentía la urgencia de someterse a intervenciones médicas para el cambio de sexo. Estar « en tránsito » dio tiempo al análisis para lograrciertas elaboraciones que fueron muy importantes para susdesiciones futuras
En este momento decide cambiarse de nombre. De acá en más se llamará Carlos. Dice que ese nombre es el que su madre le hubiera puesto si nacía varón. Poco tiempo después le solicitará a la Justicia que cambio conste en su documento de identidad.
Asumir su nueva identidad no fue fácil, los sentimientos de vergüenza insisten y le producen mucha angustia. No se anima a ir comprar ropa de hombre, ni pedirle a los demás que lo llamen con su nuevo nombre, o que en el trabajo le permitan usar uniforme de varón.
En una ocasión entra al baño en un bar y una señora le aclara, molesta, que se encuentraen el dedamas. A pesar de su nueva apariencia le tiene que decir avergonzado:” Soy una mujer”. Esto lopone muy mal.
Cada vez está más decidido a realizar otras transformacionesmás allá del vestido. Hace un tiempo se encontrócon un “chico trans”que se quitó las mamas y se agregó hormonas. No se anima a tanto por ahora, pero está en sus planes comenzar el gimnasio para aumentar su masa muscular.
Cada mes, cuando tieneel ciclo menstrual, se angustia y llora incesantemente. No quiere que le venga más la « menstruación maldita »
En un momento comienza las consultas para iniciar el tratamiento hormonal.
Cierta vez llega a la sesión casi en estado de perplejidad, entre medio del llanto dice:“Estoypor empezar un cambio muy importante en mi cuerpo, pero a veces siento mujer”. Le pido que me explique de qué se trata y nopuede responder, pero vuelvea repetir una y otra vez »siento mujer ».
Este “siento mujer”constituye el cuerpo real que no se deja transvestir. Mi señalamiento es que ese “siento mujer”es consecuencia de haber nacido con un cuerpo de mujer y con eso va a tener que convivir. Le angustia pensar que nunca va a ser “totalmente varón”. Le digo que nadie es totalmente nada y que será el varón que pueda ser. Esto por un tiempo el produce calma.
Dice Carlos « Mi cabeza me sigue hinchando con eso de sentir mujer. Tengo miedo a equivocarme o a no poder sostenerlo por mi viejo y por la opinión de los demás. Me digo a mi misma: ¿Si tengo una sola vida, porque la voy a gastar viviendo como mujer?«
Y agrega: “Es como que en alguna parte mi cabeza me dice que soy una mujer que quiere ser varón y que nunca lo voy a llegar a ser. Y en otro lado me insiste en probar más, en mandarme, en modificar el cuerpo y de ahí ver si puedo sostener una vida de varón. Varón dentro de lo posible, como siempre decimos”
« No me conforma ser una mujer varonil. Tampoco tengo un cuerpo con el que me identifique bien. ¡El problema es mi sentimiento de mujer!.«
A modo de conclusión
El « sientomujer » se impone como el cuerpo realque no puede acceder al tratamiento simbólico. Lacan, en el seminario 24 dice « La identificación es lo que se cristaliza en una identidad »y la nombra « fication ».En este caso se ve que al no producirse la identificación en tanto ficción, el cuerpo le queda por fuera del campo del Otroa pesar de los intentos de transformación.
Como dice Marie Helene Brousse en un texto propuesto para estas jornadas: “la identidad está del lado del Otro y es de papel”
EL NUMERO 6
ESTA PREVISTO PARA SALIR
MIERCOLES O JUEVES